De eso que estábamos tomando unas copitas de fino en la Feria del Caballo y casi casi nos olvidamos de que el Ayuntamiento de Jerez está técnicamente arruinado. Cosa de mil milloncejos de nada, que dirían en los antiguos tebeos, pero claro, las cifras en esos tebeos eran en pesetas, o en duros, todo lo más. ¿Se imaginan que después de la ruina que supone 'vivir sobre el terreno' la Feria le hubiera seguido, a la semana siguiente, escuchar que se van a subir los impuestos? Pues esta vez le ha andado cerca...
Pero hagamos historia: estás en la Feria, de eso que te lías, te embriaga el ambiente sin par del parque González Hontoria, te embriagan las cifras de lo que cuesta la cita... y, por supuesto, te embriaga pedir media botella tras otra (las medias botellas, no el hecho de pedirlas, of course), lo que hace que llegue un momento en que piensas, no sé, que vives en una ciudad rica y cool como... como... como... no se me ocurre ninguna, la verdad. Bueno, sí, como Jerez pero en plan saneado. Y lo de cool, que tampoco es que Jerez sea... y menos en Feria, que cada vez es más de los zeñore, de los de siempre y de los de nuevo cuño. Con eso es suficiente, para qué andar comparándonos a Portland (Oregón), San Francisco, o, por poner poner ejemplos más cercanos, Málaga o San Sebastián (esta última será rica, pero no cool) si, total, esas comparaciones no van a ningún lado.
Este cronista, recién llegado a la muy noble, muy leal y muy ferianta Jerez de la Fra, tenía un amigo –compañero de francachelas, más bien– que cuando terminaba la Feria decía "hale, y ahora dos meses de avecrem y choped". Yo por entonces sonreía y torcía un poco el morrillo mientras me encogía de hombros, porque todavía no conocía bien las claves internas con las que funciona Jerez. Hoy, mucho más avisado al respecto, pongo en serias dudas una afirmación de tal calibre, y no porque quepa hablar de una actualización de productos, modo Yatekomo o pizza de marca blanca, sino porque realmente las cosas no son así. La gente que vamos casi todos los días a la Feria –este cronista solo ha faltado el último sábado, como viene siendo habitual, que para ver una especie de congreso de 'jóvenes enterradores con peinadito 'cayetano' siempre hay tiempo– pensamos que el resto hace lo mismo, y no, amigos y amigas, no. Casi todo el personal va tres o cuatro días, que se pueden resumir en el empleo, la familia, los amigos y, llegado el caso, la escapada, siendo esta última modalidad tremendamente variopinta, con 'escapismos' incluso al modo del Gran Houdini.
El caso es que justo la semana después de Feria en la que todavía nos hayamos inmersos, el Ayuntamiento de Jerez ha cerrado un acuerdo con el Ministerio de Hacienda –bueno, en realidad no es exactamente así: tenía dos opciones ir a diez o a veinte años en cuanto al tema de las amortizaciones, en Jerez se ha optado por la primera y en Madrid le han dicho que vale– que, en principio se ha vendido como un cierto alivio para las arcas municipales, cuando tampoco es para tanto. En realidad la deuda va a estar siempre ahí, el tema hace referencia más bien a mantener un mínimo de capacidad de decisión al respecto que, desde el gobierno municipal, se han apresurado a decir que "evita una subida de impuestos". Vale, lo compramos, pero no tanto por la nota un tanto farragosa y apriorística enviada desde la calle Consistorio a los medios de comunicación, sino porque estamos en la semana después de Feria y nos hemos dado un auténtico lote –en el sentido exacto, no en el de los 80s de 'darse el lote', que les conozco– de gastar dinero y todavía felices por haberlo disfrutado.
¿Se imaginan, en definitiva, que una semana, la post-feria, que ha sido muy llevadera también gracias a haber descubierto a personas tan divertidas como Leire Díez, o los delirios de Melody, que parece que hubiera quedado segunda en Eurovisión, va el gobierno municipal y nos anuncia una subida de impuestos? De haber sido así, la deuda 'insoportable' que padecemos en Jerez lo hubiera sido en todos los sentidos, desde luego, y no solo en el económico, insoportable ya por malajosa. Eso sí, me da que para anunciar esa noticia el Ayuntamiento se hubiera esperado a la semana que viene o a la otra, que tanto da...
