El PSOE da toda una lección en materia previsora

La prensa no ahonda en un tema clave en la reciente política nacional: en marzo, dos meses antes del batacazo autonómico y del subsiguiente órdago de Pedro Sánchez, ya estaba buscando el apoyo de Junts

Carlos Piedras, nuevo jefe de Edición y Opinión de lavozdelsur.es, en un retrato en la redacción del periódico.

Nací en Madrid, en 1965, aunque llevo exactamente media vida viviendo en Jerez. Soy licenciado en CC de la Información (Periodismo) por la Universidad Complutense. He sido jefe de la sección local del Diario de Jerez y también he trabajado en Información Jerez y el Diario Ya (época de Antena 3). He colaborado con El Mundo, Economía y Empresas, Notodo… Soy socio fundador y colaborador habitual de lavozdelsur.es. Últimamente he publicado el libro ‘Sherry & Brandy 2.0’ y he redactado el guion del documental sobre el vino de Jerez ‘Sherryland’. Todo esto ha hecho que me vaya haciendo una idea aproximada de las cosas… 

Pedro Sánchez sonríe a Yolanda Díaz durante su investidura.
Pedro Sánchez sonríe a Yolanda Díaz durante su investidura.

Hasta hace unos años, los padres, tradicionalmente, enseñaban a los niños a ser previsores. Por eso, entre otras cosas, era muy común que les abrieran libretas infantiles (redundancia) de ahorro o les compraran huchas en forma de cerdito. Todo eso, es un hecho, con los años se fue perdiendo por muy distintos motivos. Desde un cambio en la mentalidad de los progenitores –entregados al 'carpe diem'– a una política lamentable de cajas y bancos, dispuestos a cobrar por el mantenimiento de todos sus apuntes contables sin reparar en edades, e incluso, entrando ya en la hipérbole, habría que tener en cuenta a los animalistas, que qué es eso de andar ‘destripando’ cada equis tiempo a un pobre cerdito... y encima disfrutarlo.

Pero eso no ha desaparecido del todo en nuestra sociedad, hay ejemplos palmarios. Ahí está el PSOE, un partido con más de 140 años de historia en el que, obvio, no se improvisa nada. No se llega a esa edad improvisando, está claro. En Ferraz no se funciona como el ‘sobrado’ ese de Valencia, Carlos Mazón, llamando a los cuatro o cinco días de las autonómicas a Génova para decir que qué chuli, que ya había cerrado el acuerdo con Vox… no, amigos, no, junto al madrileño parque del Oeste las cosas se hacen de otra manera.

Para muestra, un botón. El botón. Esta semana se ha sabido que el número 3 del PSOE, Santos Cerdán, ya había tenido un contacto con Carles Puigdemont ¡allá por el mes de marzo! Este tema, es curioso, no se ha analizado lo suficientemente en prensa. ¿Qué hacía Cerdán hablando con Puigdemont hace más de ocho meses? ¿Pedirle alguna receta de mejillones con patatas fritas, ese plato tan belga?

Parece bastante obvio que el dirigente del PSOE –por cierto, si algún día este cronista tiene que negociar algo a cara de perro, espera tener enfrente a alguien ‘modo’ Cerdán, que confunde negociar con mover la cabeza de arriba a abajo– estaba allanando el camino a la posibilidad poselectoral que vamos a denominar ‘número 3’. Básicamente, el horizonte que barajaban los socialistas, ya en marzo, era el siguiente:

–Posibilidad nº1. Derrota y derrota: nos vamos a casa porque el PP suma con Vox.

–Posibilidad nº2. Derrota pero victoria: gana el PP pero el PSOE puede reeditar el pacto de gobierno con los mismo socios.

–Posibilidad nº3. Derrota pero victoria + Junts: Gana el PP pero el pacto de progreso se estira hasta el infinito, como sus consecuencias (léase amnistía).

Bien, el lector inteligente, la lectora conspicua, habrá reparado ya en el tema de los tiempos. En marzo faltaban aún dos meses para el descalabro de las municipales y autonómicas de mayo… es decir, el PSOE había comenzado a explorar nuevas posibilidades para afianzar su Gobierno mucho antes de que, tras el batacazo, Pedro Sánchez sorprendiera a propios y extraños con su supuestamente audaz –así fue saludado desde todos los ámbitos, incluso desde la derecha– convocatoria de elecciones generales, un auténtico órdago del presidente, dispuesto a jugarse el todo por el todo.

Es decir, en realidad estamos ante una audacia relativa, una audacia con avanzadilla, con prospección y que viene a condicionar todo lo que ha venido sucediendo. Estaba todo preparado y además el independentismo catalán sabía que había algo muy gordo que se estaba masticando por si... y al final fue 'por si'. Sí. Si hiciera falta. Y la hizo.

Extraigan sus conclusiones, queridas amigas y amigos: independientemente de lo que piensen de los acuerdos de gobierno, que realmente no es el tema de este artículo sino su gestación (por abundar en la palabra nótese que además casi coincide en plazos con el embarazo humano), está claro que, en materia de previsión, una cosa es Ferraz y otra es Génova ¡Dónde va a parar!

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