Pasando unos días en Galicia, días que podríamos definir de asueto, gastronomía –y directamente- consumistas por lo que al vino se refiere, este cronista puso un día la tele… y zas, aparece Abel Caballero, el ínclito alcalde de Vigo, el Atila socialista en las elecciones municipales.
¿Y de qué hablaba Caballero con los periodistas mediado el mes de agosto? ¿Del precio de los centollos? ¿De la evolución de la pandemia en la ciudad más poblada de la comunidad gallega? ¿Del revolcón que se ha llevado en las pasadas autonómicas su sobrino, candidato a la presidencia de la Xunta? ¡Quia, amigas y amigos! Caballero comenzó a hablar del alumbrado navideño y de la marcha de los trabajos. Como suena: de la marcha de dichos trabajos. Y el reportaje mostró la prueba, con un plano general de las calles de Vigo en las que se veía a los operarios de Iluminaciones Ximénez (¿les suena?) ya dale que te pego en el tajo…
Hace mucho que Vigo dejó atrás a Jerez en la carrera por el turismo navideño. Es verdad que Jerez tiene un arma etílico-cultural como es la Zambomba y que ha hecho grandes esfuerzos en los últimos años en su potenciación -hasta el punto de haber conseguido que la mitad de los que acuden a disfrutar la fiesta hayan convertido la palabra en aguda y cunda por doquier el uso y disfrute de la ‘Zambombá’, e incluso a deshoras de la ‘Zambombada’- pero Vigo tiene simplemente una cosa diferente: dinero. Y eso se traduce en bolas. Más bolas. Aún recuerdo el día en que Jerez se mostraba una ciudad ufana por disponer de su bola gigante –esa bola instalada en una plaza Belén recuperada al fin para los vecinos y que cuenta ni más ni menos que con su arroyo, su anfiteatro, su parque infantil y su estatua a la niña empoderada- y, de repente, viendo otro reportaje sobre la Navidad en Vigo, el cámara abrió el plano y se pudo comprobar que la ciudad gallega tenía operativas al menos dos -¡dos!- bolas gigantes. Un nuevo mazazo para la ciudad (de Jerez). Tremendo.
Vigo, digámoslo ya, juega la CHMIN, la Champions Mundial de la Iluminación Navideña. Durante su intervención… ¿algún ‘guante’ retador a Jerez por parte de Caballero, siquiera una mención, o una palmadita, aunque solo fuera por aquello de compartir siglas políticas? Otro quia. El alcalde de Vigo mira directamente a los ojos a Nueva York, hasta el punto de que este cronista está convencido de que en la redacción de sus discursos y papeles de uso interno en vez del nombre completo de la ciudad seguro que maneja solo las siglas NYC. Y así fue. Allí mismo, Caballero aprovechó para retar a NYC a cuatro meses vista, en plena canícula… y luego en Jerez, siempre pudorosos, nos echamos las manos a la cabeza (o unas risas, según) cuando vemos en octubre esa habitual imagen en medios de comunicación de las castañas asadas mientras hay quien las compra en meyba y chancletas. Mamen, como alcaldesa de Jerez, desde aquí te lo digo: ya ves que Caballero no descansa, así que el año que viene hay que meter el comienzo del montaje navideño antes de las vacaciones de verano, a ver si escarmienta este infatigable gallego…
Nos vamos ya, no sin antes desear que cientos de miles de personas puedan disfrutar (incluso apiñadas, llegado del caso) del alumbrado de Vigo, del de JRZ (vamos a ponernos modernos) y del de NYC, por qué no… Eso significará que la pandemia ha dejado de ser el problema. ¿Pero… y si no es así, como todo parece indicar, quién responderá del uso de todos esos millones? Cada uno sabrá. Ese problema es de los que disponen de ese dinero y ahí, por desgracia, sí que no va a estar Jerez…
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