Jerez se dispone a cerrar 'algo' para apoyar a Sevilla

El gobierno de Pelayo recibe sugerencias 'desde arriba' para cerrar filas con la ocurrencia de la capital de cerrar la plaza de España y hace un repaso de calles, plazas, parques... cualquier cosa que pueda valer

Carlos Piedras, nuevo jefe de Edición y Opinión de lavozdelsur.es, en un retrato en la redacción del periódico.

Nací en Madrid, en 1965, aunque llevo exactamente media vida viviendo en Jerez. Soy licenciado en CC de la Información (Periodismo) por la Universidad Complutense. He sido jefe de la sección local del Diario de Jerez y también he trabajado en Información Jerez y el Diario Ya (época de Antena 3). He colaborado con El Mundo, Economía y Empresas, Notodo… Soy socio fundador y colaborador habitual de lavozdelsur.es. Últimamente he publicado el libro ‘Sherry & Brandy 2.0’ y he redactado el guion del documental sobre el vino de Jerez ‘Sherryland’. Todo esto ha hecho que me vaya haciendo una idea aproximada de las cosas… 

Una imagen de la plaza de España de Jerez.
Una imagen de la plaza de España de Jerez. MANU GARCÍA

El Ayuntamiento de Jerez de la Fra recibió una orden ‘desde arriba’ y, como siempre que recibe una orden ‘desde arriba’, mande quien mande, gobierne quien gobierne, se aprestó a cumplirla, que para eso la ciudad es “muy noble y muy leal”.

En este caso se trataba de apoyar al alcalde de Sevilla, José Luis Sanz, en su idea de cobrar a los guirisguiris no empadronados, se entiende– por el acceso a la “icónica”, según decenas de influencers, plaza de España, hoy por hoy convertida en una especie de mercadillo-verbena. Por eso, ‘desde arriba’ se pedía a las principales ciudades andaluzas gobernadas por el PP (perdón por la redundancia) que apoyaran en la medida que pudieran a Sevilla. Una de las opciones que se proponía era que cada ciudad buscara alguna plaza, alguna calle, algún rincón, alguna costanilla, alguna hijuela… algo, en definitiva, “icónico” por cuyo acceso empezar a cobrar.

En la sala de máquinas del Consistorio se comenzó a trabajar. Pelayo llamó a su contramaestre, Agustín, que consiguió atrapar a cuatro o cinco concejales, mientras el resto, que se olió el marrón, alegaba compromisos ineludibles (dentista, reiki, reunión del AMPA, visita de una concejala de Peralejo de Arriba, etc). De hecho, Agustín tuvo que ‘soltar’ a uno de los concejales, digamos, atrapados, que resultó ser José Antonio ‘Fascinado’ Díaz, el portavoz socialista a la busca de información de primera mano. Total, que al final ahí estaba Pelayo con el núcleo duro.

Tras exponer la cuestión y dejar claro lo que le parecía, vaya, que no le gustaba mucho el tema, Pelayo pasó a pedir ideas a sus compañeros de gobierno. Aquello fue un no parar de calles y plazas ‘icónicas’ que podrían cerrarse para cobrar, sin que nada terminara de convencer a Pelayo: que si la Alameda Vieja, que si plaza del Banco, que si la plaza de la Asunción, que si la calle Letrados –“qué difícil lo ponéis… a ver cómo llego yo al trabajo y me vuelvo a mi casa”, dijo la alcaldesa sobre esta última ‘ocurrencia’–... En fin, que pasaron un par de horas, se acercaba la hora de comer, y en ese momento había dos finalistas que ofrecer a los de arriba para quedar bien con Sevilla, a saber: El parque González Hontoria y la calle Carpintería Baja.

Los atribulados próceres de Jerez de la Fra discutían sobre los pros y las contras de las dos opciones, sin mucho convencimiento por ninguna. Del Hontoria se destacaba el filón económico que podía suponer cobrar también el acceso durante la celebración de la Feria del Caballo, que a dos euritos por persona podía ser una auténtica millonada… el problema es que a la Feria en realidad no van tantos millones de personas como se dice, que cada gobierno municipal engorda las cifras del anterior y ya van por un número ‘complejo’ que no entendería ni el matemático Von Neumann, por lo que si de repente se decía que lo recaudado era, no sé, un millón de euros, a la ciudadanía le iba a costar asimilar que había ido 'solo' medio millón de personas a la Feria en ocho días. No era plan.

Lo de Carpintería Baja, en principio, tenía buena pinta. Como se recordará, es uno de esos filtros de TikTok en los que los ‘creadores de contenido’ pueden simular que están en la Baja Andalucía cuando realmente la habitual chapa insustancial la están dando desde Laponia, Atacama, Manchuria o Irati. No obstante, Carpintería tenía varios problemas. Se trata de una calle corta y estrecha y además habría que volver a ponerla de moda, que la fiebre por esa calle fue hace ya unos años... vaya, que iba a quedar como que Jerez de la Fra escurría un poco el bulto frente a su compromiso con Sevilla.

En esas se levantó Agustín y dijo que ya lo tenía, lo que motivó un silencio generalizado entre los concejales populares, que ya pensaban que la hora de comer se les iba a juntar con la del café. "Sevilla qué quiere cerrar, la plaza de España, ¿no? Pues nosotros, igual, cerramos la plaza de España, la nuestra, la de la barriada España y a otra cosa. A ver qué nos van a decir, con lo céntrica que está. Y si eso le hacemos unas obras...".

"Jajaja... y cobramos a los mayores que se pongan detrás de las vallas para verlas, ya te digo", dijo Pelayo, levantándose sonriente de su asiento y apuntando con un dedo, en plan "tú sí", a Agustín. 

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