stress-examen.jpg
stress-examen.jpg

Las pruebas iniciales..."Según mi experiencia de varios años participando en juntas de evaluación incial el resultado del dichoso examen suele ser desastroso de forma generalizada".

En estos días, los primeros del curso en Educación Secundaria Obligatoria, no pocos alumnos se encuentran preparando las pruebas iniciales. Preparando, sí, preparando. Lo que se traduce la más de las veces en repasar contenidos básicos de cursos anteriores para un examen escrito. Nada más lejos del espíritu con el que se establece la prueba inicial en la ordenación de la evaluación del proceso de aprendizaje del alumnado.

Según reza la norma (he aquí un extracto) el profesorado de Secundaria, durante el primer mes de cada curso escolar, realizará una evaluación inicial de su alumnado mediante los procedimientos que considere más adecuados, con el fin valorar el nivel de desarrollo de las competencias clave y el dominio de los contenidos de las materias de la etapa que los chicos tienen. Para lograr una mayor eficacia de esta evaluación inicial se debe partir del mejor conocimiento posible de la evolución educativa de cada alumno/a y con este fin los tutores analizarán el informe final de etapa para los chicos que proceden de Educación Primaria y el consejo orientador emitido el curso anterior para el resto. Toda esta información debe ser tomada en cuenta al diseñar el proceso de evaluación inicial. Cuando este proceso termina el equipo docente de cada curso se reúne en una sesión de evaluación para analizar y compartir los resultados. Las conclusiones obtenidas deberán servir de referencia en la elaboración de programaciones didácticas y en el desarrollo del currículo que ha de adecuarse a las características del alumnado. Así, asesorados por el departamento de orientación, el profesorado podrá adoptar las medidas de atención a la diversidad que sean precisas y que quedarán registradas tanto en las programaciones didácticas  como en el proyecto educativo de cada centro.

¿Significa ello que el alumnado realizará un examen sobre los contenidos aprendidos en cursos anteriores con el fin de revalidarlos? Desde luego que puede significarlo, pero significa mucho más. Significa que hay casi un mes para utilizar todo tipo de instrumentos que nos permitan valorar la adquisición de contenidos y competencias de nuestros alumnos y así comenzar a trabajar desde un punto de partida bien cimentado, y adaptado a su realidad.

En cambio, si no queremos leer más allá, y nos quedamos sólo con la comodidad de realizar un examen escrito, todo el beneficio de la evaluación inicial queda invalidado. Para empezar, ese examen, aun sin contar como calificación en los documentos oficiales de evaluación, precondiciona al alumnado respecto a sus resultados futuros.

Y qué decir de las pistas que ofrece al profesorado: del todo inútiles. Según mi experiencia de varios años participando en juntas de evaluación incial el resultado del dichoso examen suele ser desastroso de forma generalizada. Salvo que se haya estado repasando lo que se les va a preguntar, una forma de autoengaño que no hace bien a ninguna de las partes. ¿Debemos deducir entonces que los chicos vienen muy verdes del curso anterior? ¿Significa que tendremos que hacer lo que nos corresponde este año más lo que se dejó de hacer el año anterior? ¿O quizá debamos pensar qué el tipo de aprendizaje que reciben es inútil? La sensación que se deriva de estas sesiones puede resultar devastadora.

Es la inadecuación entre el idealismo normativo y la realidad de las aulas lo que falla. Cierto que cuesta implantar métodos educativos innovadores, que el mismo profesorado que hace suyo ese lenguaje ampulosamente pedagógico sufre un vértigo indescriptible a la hora de aplicarlo. Pero no es menos cierto, que ese profesorado se ve obligado a cumplir contrarreloj una normativa hecha para mayor lucimiento de los políticos y que no ofrece los medios adecuados para que pueda ser llevada a la práctica. De tal manera que nos quedamos con un examen, mal comienzo, y como mucho, para que la depresión no cunda, si somos comprensivos, tratamos de refrescar aquello que les exigimos sin que ningún punto del proceso sirva a los fines para los que supuestamente está diseñado. Eso sí, habremos cumplido la formalidad de la evaluación inicial. Repito, mal comienzo.

Archivado en:

Si has llegado hasta aquí y te gusta nuestro trabajo, apoya lavozdelsur.es, periodismo libre, independiente y en andaluz.

Comentarios

No hay comentarios ¿Te animas?

Lo más leído