Atardecer en las marismas de Trebujena.
Atardecer en las marismas de Trebujena. MANU GARCÍA

El próximo domingo 30 de octubre antes del puente de noviembre las tardes se harán noche.

Tendremos el segundo cambio horario del año. En esta ocasión toca activar el invierno y atrasaremos una hora los relojes. Ya saben, a las doce de la noche serán aún las once con lo que añadirá una hora más de sueño a su noche, así que podrá seguir viendo un capítulo más de su serie favorita.  Aunque los que tenemos un despertador en el cerebro, vamos “la hora cogida”, da igual el cambio que se produce de un día para otro. Luego están los más delicados, estos se quejan de que tardan en acostumbrase al cambio de hora y sufren migrañas como si estuvieran de resaca por unos días, hasta que la costumbre les devuelve a su estado normal

Los beneficios no están claros, pues según se comenta en el trabajo, el gimnasio, la compra o el club de lectura la luz la siguen encendiendo igualmente a la misma hora. 

Si no es por la mañana al levantarse, lo hacen por la tarde porque anochece antes.  Dónde está el truco.

El debate volverá el domingo como cada año con reportajes y encuestas, a pie de calle y las oficinas, tanto en la Televisión como en la radio. Usted qué opina de…

Y luego a los economistas les cuestionarán si ven que, verdaderamente, hay un ahorro de energía ahora que su precio está más arriba de las nubes, ¿nos beneficia? Y con todo hay que tener en cuenta, los desfases entre unas provincias y otras, pues   entre una punta y otra del país existen unos 50 minutos de diferencia en la salida y puesta de sol.

 España debería regirse por el meridiano de Greenwich ya que este meridiano pasa por la península Ibérica, teniendo a la vecina Portugal con una hora menos. 

Pero en España aún manda Franco, en la luz me refiero no se me asusten, pues una vez se instauró la dictadura franquista el generalísimo deseaba tener cerca la Alemania de Hitler también en la hora. Curioso es que sigamos rigiéndonos por Berlín en lugar del horario del meridiano de Greenwich.  

Total que en lugar de mirar el reloj para ahorrar energía, se debería llevar a cabo fuertes medidas de ahorro energético y que los responsables políticos, pero con personal experto pongan en marcha las energías renovables aprovechado nuestras trescientas horas de sol al año, nada despreciable para poner en marcha la energía solar que otros países no tienen.

Pero nada, seguiremos cambiando las manecillas del reloj, para según ellos, ahorrar electricidad. 

Lo que sí es cierto es que a partir del domingo por el sur, veremos amanecer sobre las ocho menos cuarto de la mañana, y ocultarse el sol sobre las seis y media de la tarde y compraremos castañas asadas con más ganas.

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