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Hay tipos de diversión que no deben estar por encima de nuestra integridad como mujeres.

“Hola soy Miss Cachonda”, “¿Qué tal? Yo soy Miss Estrecha”, “Encantada, soy Miss Licenciada en Follometría”. Cuesta creer que haya mujeres que quieran presentarse de esta manera. Ni aunque lo hagan por diversión. No tiene sentido. Ni aunque lo justifiquen diciendo que la fiesta que han organizado en un municipio de Tenerife en la que habrá un concurso para obtener uno de esos tres reconocimientos es para pasárselo bien. ¿Hasta dónde vamos a llegar las mujeres? Resulta complicado defender nuestros derechos y libertades y condenar los ataques machistas de los hombres cuando continúan organizándose acciones tan denigrantes.

Las mujeres que quieran participar en este concurso están en todo su derecho, pero que se den cuenta de que al resto nos hacen un flaco favor. Habrá que ver cómo luchan por hacerse con el título y qué requisitos se van a valorar. Si a las misses de los concursos de belleza les hacen preguntas de cultura general y les hacen desfilar… ¿Qué les van a preguntar a estas? ¿Cómo irán vestidas? ¿Qué cualidades se valorarán? Existen tantas formas de divertirse que no sé cómo se puede llegar a esto. 

Que sea una fiesta dirigida a las mujeres en la que no pueden entrar hombres no quiere decir que sea feminista. No confundamos. Eso es lo que intentan vendernos desde la organización, pero la reunión en cuestión queda muy lejos del feminismo. A las críticas por esta fiesta solo para chicas la alcaldesa del municipio de Güimar, ayuntamiento colaborador del evento, ha respondido de la peor forma posible. Para defender la celebración, Carmen Luisa Castro lo ha asemejado a una despedida de soltera. Incluso dice que si tiene el día libre se planteará acudir. Oye pues qué suerte, que igual al título de alcaldesa (del PP por cierto) le suma alguno de los otros tres. Ni la duquesa de Alba.

Aunque el ayuntamiento no haya sido el encargado de organizar el evento, la actitud de su alcaldesa le hace partícipe de que la fiesta venda esa repugnante imagen de las mujeres. Por si esto fuera poco el Ayuntamiento iba a pagar el transporte al colectivo encargado de organizar el cotarro. Que por cierto, sorprende que la organizadora de la fiesta sea la comisión de fiestas de Fátima, un colectivo religioso. ¡Ay, la Virgen! Al cura le dio un parraque cuando se enteró. El hombre dice que no quiere nada del dinero recaudado en la fiesta, que en un principio se iba a destinar a la festividad de la Virgen de Fátima. Hay excepciones en las que la religión está de acuerdo con la lógica. Menos mal que esta es una de ellas.

A saber cuántas fiestas de este tipo existen y no tenemos conocimiento de su celebración. En privado cada una que haga lo que quiera. Pero que haya entidades públicas y privadas que apoyen estas actividades es indignante. Luego intentamos buscar explicación a por qué pasa lo que pasa. La que se cuelgue la banda de Miss Cachonda, la que luzca el título de Licenciada en Follometría y la que pasee con el cartel de la más estrecha de todas, que se atengan a las consecuencias. Se están metiendo en la boca del lobo. Hay tipos de diversión que no deben estar por encima de nuestra integridad como mujeres.

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