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Sergio Díaz, miembro de la Asociación Estudiantil Contra la Precariedad

Parece que no se libra nadie. Allí donde no existen controles sociales del dinero aparecen nuevos casos de corrupción. Esta vez la institución pública salpicada por esta lacra es la Universidad de Cádiz (UCA). Según salió el otro día en prensa el anterior equipo de gobierno de la Universidad tenía en su poder tarjetas de crédito, asignadas al interés general de la Universidad, que algunos usaban para su beneficio personal. Entre esta apropiación indebida de dinero encontramos viajes a Shanghai, comidas en restaurantes, copas en bares, compras en supermercados y tiendas de electrónica, etc.

Esta situación de opacidad institucional y corruptelas internas contrastan drásticamente con los graves problemas que tienen las familias para poder pagar la matrícula a sus hijos e hijas. Frente a un gasto injustificado de cerca de 380.000 euros que tenían estas tarjetas encontramos a las familias que tienen que pedir un fraccionamientos del pago de la matrícula porque 900 euros es una cantidad inasumible para pagar en un solo plazo. Una división del pago que es insuficiente: cuatro plazos en tres meses, y con las Navidades entre medio. También hemos visto cómo la UCA reducía la plantilla de profesores mientras algunos caraduras iban malgastando nuestro poco dinero. Esta confrontación de realidades se podía haber sacado de la película de Robin Hood. La Universidad en el papel del rey Juan, que ahoga al pueblo con tasas “necesarias” para el funcionamiento del reino pero que después ese dinero no es usado para mejorar la vida del pueblo sino que se concentra en las manos de los de arriba. Es inadmisible que una Universidad, cuyo objetivo es la formación de sus estudiantes y el desarrollo de la sociedad a través del conocimiento, lleve a cabo este tipo de prácticas oscuras y de tan poca ética. ¿Cuántas becas se han dejado de dar para mantener estas tarjetas black? ¿Cuántos estudiantes han dejado la carrera por no poder pagar mientras los órganos de gobierno gastaban supuestamente este dinero indiscriminadamente?

Quienes usan algo tan importante como la formación de los futuros médicos, abogados o ingenieros para hacer negocios privados, además de unos sinvergüenzas, son también responsables de haber montado un entramado de órganos tan enrevesado que ningún cargo electo es controlado por sus votantes. Algo tan esencial como la revocación de un cargo es una virtud democrática inexistente en la Universidad.

Frente a una Universidad que cierra sus reuniones al grueso de los estudiantes y de la plantilla educativa y que no solo no depura responsabilidades sino que justifica el uso de estas tarjetas, el actual rector de la UCA se encontrará al movimiento estudiantil de la provincia. Jóvenes estudiantes que vemos cómo cada vez nos cuesta más asumir los gastos de una carrera universitaria (matrículas, examen B1, material de estudio, etc.) mientras algunos corruptos usan nuestro dinero para irse de viaje o de copas durante años. Frente a una Universidad que permite a los culpables de esta crisis, como el Banco Santander, seguir haciendo negocio en nuestros centros de estudio, el actual rector se encontrará también al movimiento estudiantil. Y frente a una Universidad donde ningún cargo de representación está obligado a dar explicaciones del uso privativo de nuestro dinero, el actual rector tendrá en frente al movimiento estudiantil.

Ya lo hemos comprobado, tenemos fuerza para desbordar los órganos institucionales y exigir responsabilidades. Ya hemos demostrado que somos capaces de parar un Claustro para pedir explicaciones y dimisiones. Con el actual ambiente de crispación no nos conformaremos con una auditoría que se dilate en el tiempo hasta que nos aburran. Exigimos una investigación a fondo del uso de las tarjetas black de la UCA y que se anuncien dimisiones de los responsables, y de aquellos que permitieron esta corruptela.

Por favor, dejen de intentar justificar lo injustificable. Depuren responsabilidades, dimitan, lleven a juicio a los culpables. Queremos una Universidad democrática, transparente y participativa, y no pararemos hasta conseguirla.

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