ejt_027.jpg
ejt_027.jpg

El propietario del árbol cogió entonces una escopeta y, sentado bajo el árbol, disparó a los coches que pasaban. No acertó con ninguno de sus disparos...

Con motivo de la fiesta del árbol, que se celebra este sábado en nuestra ciudad, organizada por la delegación de Medio Ambiente y el Zoobotánico, quisiera sacar a colación este cuento de Sławomir Mrożek que leí hace mucho tiempo.

El narrador cuenta que había un árbol en su parcela, al borde de una carretera muy transitada. Un día, recibió una carta de las autoridades, indicándole la necesidad de talar el árbol para evitar posibles accidentes.

El propietario del árbol cogió entonces una escopeta y, sentado bajo el árbol, disparó a los coches que pasaban. No acertó con ninguno de sus disparos, ya que su vista no era muy buena. Pero lo arrestaron y lo llevaron a juicio.

Él se defendió ante el juez: “¿A qué tanta prisa por talar un árbol si hay otros métodos que pueden protegerlo de un accidente? Y no les costaría nada, aparte de la munición”.

Este escritor, ciudadano francés de origen polaco, dedicó sus obras a criticar los abusos de poder, con un humor surrealista que en muchos aspectos me recuerda al de las viñetas con las que Miguel Parra ilustra este diario todos los miércoles.

La moraleja del cuento debería hacernos recapacitar (y particularmente a las autoridades municipales) sobre la manera abusiva con la que se han eliminado árboles en esta ciudad cada vez que han estorbado algún plan.

Tan importante como plantar un árbol es asegurarle larga vida, y un lugar estable.

Archivado en:

Si has llegado hasta aquí y te gusta nuestro trabajo, apoya lavozdelsur.es, periodismo libre, independiente y en andaluz.

Comentarios

No hay comentarios ¿Te animas?

Lo más leído