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Manuel Becerra, coordinador de Medio Rural de Foro Ciudadano

La señora Pelayo no siente la crisis en sus propias carnes ya que con el sueldo de senadora va sobrada en su bienestar pecuniario y por eso, como dirían algunas, ma-ta. El respeto que muestra esta señora por las antiguas pedanías y la zona rural de Jerez brilla por su ausencia. Su palabra y su dignidad se desintegran con una facilidad espantosa, aunque eso sí, de pronto le entra un ataque de histeria “ruraliana”  que sorprende a propios y a extraños.

Lo último en las pedanías es la aprobación de ese “estatuto”, no pedido por nadie, impuesto por ella para ningunearlas con “apariencia legal” aunque en esa “legalidad” se pase por el arco del triunfo la legalidad vigente que su partido aprobó en el Congreso de los Diputados y que entró en vigor el uno de enero de este mismo año. Esto es la constatación de estar por encima del bien y del mal.

Pelayo, la alcaldesa, es la virgen de las apariciones. Donde haya un fotógrafo de prensa diaria o medio de comunicación, allí aparece ella. Hay que reconocerle ese DON. Claro que sí, máxime cuando ha pedido, por el bien de Jerez y de la “ruraljerezanía”, cuatro añitos más a partir de mayo del año que viene para continuar apareciéndose al conjunto de los jerezanos.

El abandono a la que tiene sometida esta señora a la zona rural de Jerez, barriadas y ELAs, es lamentable. Se puede ver cuando quiera, a la hora que quiera y en el lugar que quiera. No hay que buscar o rebuscar un sitio en concreto, porque todos, todos, son ejemplo de lo que les digo. Si nos vamos a los parques y jardines, por poner un solo ejemplo, vemos que están en un estado de tristeza otoñal, de colores pajizos, sin vida y llenos de muerte. El cinismo llega a rozar la locura en su responsable de Medio Ambiente, la señora Felisa Rosado, exigiendo a la Junta de Andalucía lo que ella es incapaz de cumplir con sus responsabilidades más directas. Qué feo está echar balones fuera y que feo es ver la paja en el ojo ajeno cuando no se ve la viga en el propio.

Seguimos en esta desintegración de la palabra dignidad hacia la Zona Rural de Jerez. Un mundo rural al que la señora Pelayo y su equipo ningunean y por cuyo protagonismo, ahora, a meses vistas de las elecciones municipales, ma-tan, haciéndose ver, también ahora, valga la redundancia, en todas sus “apariciones marianas”. La seguridad ha dejado de existir en el Jerez Rural, convirtiéndose éste en escondrijo de portadores de toda clase de estupefacientes. Y esta señora y su equipo no hacen nada de nada, al contrario: facilitan indirectamente la labor al no haber presencia policial en un territorio más amplio que el Jerez Urbano. Los robos se disparan a una velocidad vertiginosa en el Jerez Rural, lo mismo que el consumo de drogas, al no tomarse en serio este gran problema y poner, como se dice, pie en pared. Total, como somos unos catetos, que nos la aviemos nosotros.

La señora Pelayo maltrata a las pedanías, y con ellas a sus ciudadanos, total como son una partida de catetos, pensará, para qué echarles cuenta. A las pruebas me remito, mientras que pagó supuestamente las facturas pendientes “guardadas en cajones” de gobiernos anteriores, por cierto en los que ella también estuvo,  y del actual con los créditos ICO, las facturas de los Ayuntamiento de las ELAs continuaron y continúan en “los cajones”. Parece ser que las facturas de los proveedores de las ELAs no son iguales que las del Ayuntamiento matriz, que también hay que pagarlas. Pero… ahí no queda la cosa, las humilla todavía más, ya que la deuda que mantiene el Ayuntamiento matriz con los pueblos, que ahora asciende a la cantidad de unos siete millones de euros, no la regulariza, ni la salda, sino al contrario, va en aumento y, por tanto, todo el esmero que pone en pagar a los proveedores (¿o es para facilitar aún más las cosas a los bancos?), que está bien, no lo hace con las ELAs y las deja en la más absoluta asfixia y sin posibilidades de desarrollar y cumplir sus presupuestos anuales.

La alcaldesa se dio patadas en sus excelentísimas posaderas con Aqualia y le dio todo tipo de facilidades y “prebendas” cuando le adjudicó la gestión del servicio del agua durante veinticinco años. Ninguna pega. Rapidez en el traspaso. Sin embargo, tres ELAs, acogiéndose a sus derechos, optaron por que el servicio continuara mediante gestión pública y así se lo manifestaron al Ayuntamiento que gobierna el PP. Para ellas, todos son pegas y trabas. De esto hace ya un año largo y todavía se está en trámite. O quizás es que ni se haya enterado.

Y es verdad, el Jerez Rural no interesa tanto como el Jerez Urbano y, por tanto, necesariamente el tratamiento tiene que ser distinto ¿verdad señora Pelayo? Como la crisis usted no la sufre en sus propias carnes, ya que con el sueldo de senadora va sobrada en su bienestar pecuniario, que al fin y al cabo es lo que le interesa, le pediría que ocupara su escaño en el Senado para defender “su” Jerez con la intensidad que a usted le merece y dejara a estos “catetos” en paz y sin su presencia con vistas a las municipales. Háganos un favor, ahorre en tanta fotografía y váyase a trabajar a donde le pagan.

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