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La Unidad 6-X llega a la parada aparentemente con unos minutos de antelación, pero no, en realidad va tarde, es el servicio anterior.

El autobús corre que se las pela. Es la Unidad 6-X. La Unidad 6-X llega a la parada aparentemente con unos minutos de antelación, pero no, en realidad va tarde, es el servicio anterior. El conductor, el chófer, está que trina. Va tarde y encima no funciona la emisora. Él quiere comunicarse por la emisora, lo necesita. Llama mientras conduce –¿se puede llamar o hablar mientras se conduce? Por móvil, en la tele dicen que no; pero por emisora parece que sí…- e insiste una y otra vez sin conseguir respuesta. Finalmente, varias paradas después, la central responde y el conductor emite su ansiado reporte: pequeño incidente y retraso.

El bus sigue corriendo, vuela sobre el asfalto. En Jerez, los autobuses tienen dos velocidades: "pisando uvas" o "cagando leches". La Unidad 6-X va exactamente "cagando leches". Además, no para de subirse gente, gente que quiere ir al centro. Muchos de los pasajeros no son habituales, así que no utilizan tarjeta, pagan en efectivo, lo que no consigue precisamente relajar al conductor, al contrario. En una parada que no es cabecera suben ocho personas, lo nunca visto, el acabose. Desde luego las Navidades lo cambian todo en Jerez. El viaje continúa. El viaje no puede ser más entretenido. El techo de la Unidad 6-X retumba cada vez que el firme –un eufemismo: de ser firme no habría problema- presenta algún bache, algún badén, algún empedrado… Hay momentos en que da la sensación de que las chapas del techo se van a descuajaringar, mientras que la Unidad 6-X continúa ganando minutos, tiempo al tiempo… De hecho hay un momento en que parece que en una parada va a subirse Sandra Bullock, pero no, falsa alarma, demasiada imaginación, ja, ja... Tampoco el hombre asiático que va en el pasaje es exactamente Keanu Reeves, no...

De repente empieza a gotear ¿agua? de las chapas del techo. Ya no se puede pedir más emoción. Un bus a toda velocidad, el techo amenazando desprenderse, un fluido extraño goteando… cuando en una nueva parada suben dos señoras cartero –por no decir carteras, suena un poco raro- que, desgraciadamente, no tienen ninguna entrega para el conductor, lo que ya hubiera sido la leche, qué guión…

La Unidad 6-X finalmente llega a la plaza Esteve. Fin de trayecto para buena parte del pasaje (incluida la sosias de Sandra Bullock) que por el módico precio de 1.10 euros no puede pedir más emociones a Comujesa…

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