La situación geopolítica actual tras el dramático giro de acontecimientos producido por los atentados de París y los posteriores en Túnez, junto con el desagradable incidente turco-ruso de hace unos días, plantea un panorama que poco más o menos recuerda a una partida de póker con avezados jugadores dispuestos a no dar su brazo a torcer hasta dejar limpio al contrario.
Sorprende mucho, habida cuenta de lo mucho que se les llena la boca frente a los micrófonos y organismos internacionales, con palabras como "aliados", "amistad", "frente común" y otras zarandajas, cuando es evidente que aquí lo que importa es tomar posición de una zona estratégicamente fundamental para controlar Oriente Medio y sus pozos petrolíferos.
De esta manera, Francia llama a las puertas de sus socios europeos pidiendo ayuda, y a veces la obtiene, como en el caso de Alemania, vaya usted a saber a cambio de qué nuevo favor que se haya sacado la Merkel de su estrecha manga.
Y ojo, que los alemanes se lo cobran sí, o sí… al tiempo.
En cambio, las facilidades en la frontera este se les torna ambigüedad en su frontera sur. Y es que en España estamos de elecciones. Y claro, a nadie apetece ver volver a nuestros soldados en cajas de pino, y más cuando a cierto lumbreras se le ocurrió poner fecha electoral en las mismas puertas de las Navidades.
¿Se imaginan el impacto que supondría una foto de un soldado español muerto en acto de guerra, en plenas fechas de Paz, Concordia, y Amor? ¿Qué dirían al respecto las familias a las que, no solamente se les priva de su presencia durante unas fechas tan señaladas, sino a sabiendas de que se les expone a un fuego cruzado donde tanto debes temer al enemigo como al despiste de tu aliado?
Mal pintan las cosas…
Y más cuando turcos, rusos y OTAN la emprenden a hostias entre ellos sin ningún tipo de rubor y ante una cariacontecida opinión pública que se pregunta dónde queda esa Alianza Occidental si no podemos fiarnos del que duerme a nuestro lado.
Así que no sorprenden las largas y cambiadas con que responde nuestro Gobierno a las peticiones francesas, porque en las próximas elecciones todos se juegan mucho. ¡Qué narices, todos nos jugamos mucho!
Prepárense pues para una divertida pero a la vez sonrojante partida de póker, donde el premio consiste en mantener las sillas en su sitio y sin que cambien de dueño, o como diría el castizo, "virgencita que me quede como estoy" (que ya sería un éxito para algunos, ya…).
Las muertes de civiles y militares importan bien poco a los participantes en esta ignominia. Pero, ¿es que acaso importaron esas muertes en algún momento?
¡Despierta, Mariano! Sécate el sudor de la frente y abre ese correo electrónico que te ha llegado desde el Elíseo… y si hay narices responde.
Aunque mucho me temo que la respuesta vendrá el 21 de diciembre y, tal y como pintan las encuestas, a través de un plasma.
Parafraseando a su querido amigo y compañero de partido Federico Trillo... ¡manda huevos!
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