La PAC, ¿tendrá en cuenta a la ganadería extensiva?

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Francisco Casero Rodríguez es presidente de Fundación Savia por el Compromiso y los Valores.  

Dehesa de Camarate, en el Parque de Sierra Nevada, en una imagen de flickr.com
Dehesa de Camarate, en el Parque de Sierra Nevada, en una imagen de flickr.com

También ahora es el momento de eliminar la brecha salarial (renta anual) existente en la PAC, en perjuicio de los ganaderos de extensivo.

Los ganaderos/as de extensivo reciben actualmente de la PAC una renta anual que es un 60% inferior a la que reciben los demás productores agrarios, por realizar la misma función (producir alimentos, mantener el campo activo y fijar la población en el medio rural), además de desarrollar unas prácticas agrarias muy respetuosas con el medio ambiente y con el bienestar de los animales”

Nos gustaría llamar la atención sobre la injusticia que se está cometiendo con los ganaderos de extensivo, desde hace décadas, porque creemos que es el momento de abordar esta discriminación, dentro del movimiento en favor del mundo rural que afortunadamente vive España.

Estamos en un momento crítico de la elaboración del Plan Estratégico de la nueva PAC (2021-2027). Las Comunidades Autónomas están trabajando sus propuestas y prioridades para negociarlas y consensuarlas a nivel estatal, y nos ha preocupado lo que hemos leído, en la prensa especializada, con respecto a las jornadas tituladas: La PAC 2020 y la Oleicultura, en la que un alto cargo de la Administración andaluza ha dicho: “No vamos a permitir caminar hacia una tarifa plana que perjudicaría a las ayudas que reciben los Agricultores”, dejando claro que Andalucía se negará a aceptar un cambio de las regiones productivas existentes en la actualidad o una tarifa plana para todos los agricultores y ganaderos de España.

Estas declaraciones nos obligan a recordarle a la Administración que tengan presente que defender estos postulados puede provocar que se siga manteniendo la injusticia que se está cometiendo con los ganaderos de extensivo, pues intentar mantener las Ayudas a la Renta (primer pilar de la PAC) dentro del injustificado marco en el que se encuentran (derechos históricos) perjudican claramente a los ganaderos de extensivo que reciben, de media, de la PAC unos 100 euros/hectáreas/año frente a los 277 euros/hectáreas/año que reciben, de media, el resto de los productores agrarios españoles.

Con este planteamiento se esta condenando a nuestros ganaderos de extensivo a que sigan estando en el estado de vulnerabilidad económica en el que se encuentran, padeciendo una Brecha de Solidaridad Europea (ayudas a la renta) injusta e incluso arbitraría, pues va en contra de las directrices que emanan de Bruselas, que les pide y reglamenta a los estados miembros, que primen especialmente en esta nueva PAC a todos aquellos productores que realicen unas prácticas agrarias que favorezcan la conservación medioambiental, mantengan la biodiversidad, protejan el bienestar de los animales, contribuyan a la amortiguación del cambio climático y eviten la despoblación.

En este contexto, de exigencias de la nueva PAC y de pagos compensatorios europeos para los productores que hagan uso de unas buenas practicas agrarias, no encontramos, cuando miramos alrededor, ningún tipo de producción agraria que cumpla estas exigencias mejor que la ganadería extensiva. Unos ganaderos de extensivo que realizan un trabajo absorbente inconmensurable (por su dedicación diaria), en lugares muchas veces inhóspitos, y que aportan a la sociedad muchos bienes públicos que nunca les han sido valorados (paisajes, biodiversidad, bienestar animal, sumideros de carbono, prevención del fuego, mantenimiento de la población rural, etc.)

Para finalizar, les pedimos a los negociadores de la PAC que no olviden que esta forma artesanal de hacer ganadería en nuestras sierras, tiene para Andalucía más importancia territorial que cualquier clase de cultivo, pues el 45% del territorio andaluz son tierras de pasto, no cultivables, en las que el ganado es totalmente INDISPENSABLE para aprovechar eficientemente estos recursos naturales, que el campo nos ofrece estacionalmente, muchas veces de forma gratuita, y donde los animales no solo actúan como verdaderas maquinas naturales de recolección transformación de pastos en alimentos de extraordinario valor gastronómico y nutritivo, si no que actúan como AUTÉNTICAS HERRAMIENTAS DE CONSERVACIÓN DE ECOSISTEMAS, con un excelente valor ecológico, social y cultural, que es lo que nos pide y exige la sociedad europea actual (los ciudadanos) que son los que pagan y mantienen con sus impuestos la PAC (Política Agraria Comunitaria).

Existe un grave problema actualmente en la sociedad y también en la Administración con la ganadería. Se habla constantemente de la ganadería, en general, como una actividad agraria generadora de problemas para los ciudadanos (altos consumos de carne, maltrato animal, contaminación…), sin embargo, no se aclara, diferencia y especifica que hay dos grandes sistemas o formas de producción y manejo de los animales. Por un lado, esta ganadería intensiva o industrializada (animales mejorados genéticamente, pequeños espacios, naves cerradas, piensos concentrados, empleo de importantes cantidades de agua, purines, estructuras contaminantes, etc.), pero por otro lado está la ganadería extensiva (animales de razas autóctonas, sueltos en el campo, grandes espacios, alto grado de bienestar, comiendo pasto, uso del agua solo para beber, estructuras simples y no contaminantes, favorecedoras de la fertilización natural del suelo, etc.). es decir, dos sistemas o formas de producción ganadera que tienen muy poco en común, y que no se parecen en casi nada. Por tanto, deben de ser separados administrativamente cuando se habla de Ganadería, pues son actividades diferentes, y sus objetivos finales también son muy distintos: los primeros buscan ser competitivos económicamente y los segundos buscan ser viables ecológicamente.

Esperamos y deseamos que se tengan en cuenta esta injusta situación de la ganadería extensiva, en las negociaciones que haga Andalucía de la nueva PAC, y que nos demos cuenta de que cuando vamos en una dirección contraria a lo que nos pide Bruselas, para la Política Agraria Comunitaria, nos estamos equivocando… que ese no es el camino.

Francisco Casero Rodríguez es presidente de Fundación Savia.

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