Pues a mí lo de celebrar la Feria de sábado a sábado me mola. No hay nada más deprimente que el segundo domingo de Feria.
(Advierto de que este artículo nada tiene que ver con la noria del circuito, de hecho el título estaba escrito antes de conocer dicha noticia). Dicho esto. Pues a mí lo de celebrar la Feria de sábado a sábado me mola. No hay nada más deprimente que el segundo domingo de Feria, cuando la resaca y el (mini)estrés posvacacional se alían para hacer daño al cuerpo y la mente. Supongo que desde el punto de la productividad empresarial los beneficios son incontestables. Y desde la óptica juvenil también, por aquello del sábado sabadete. Pero mi optimismo es solo a priori. Expliquemos por qué.
En primer lugar, habría que hablar de trasladar la Feria de viernes de una semana a sábado de la siguiente, porque desde que tengo uso de razón nuestra fiesta mayor comienza cada vez antes y el primer domingo, más que de inicio, hay que hablar de inauguración oficial con el alumbrado. Algunos el lunes reconocen hasta estar ya cansados y juran y perjuran que no volverán a hacer acto de presencia en varios días.
En cuanto al final, mucho me temo que el susodicho evento terminará terminando -valga la redundancia- el domingo, pues mientras haya albero, las casetas no se desmonten y no sea jornada laboral, la peña seguirá paseándose por el Hontoria. O sea que, al margen de los eventos oficiales, hemos acabado montando un debate en la red para volver a lo mismo. Eterno retorno, como la noria. Al final la Feria durará de viernes de una semana a domingo de la siguiente, exactamente lo mismo que ahora. No nos empeñemos en inventar la pólvora o correr cortinas de humo, según los más mal pensados. La Feria empezará cuando tenga que empezar. Y acabará cuando tengan que acabar.
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