lampedusa7.jpg
lampedusa7.jpg

Cada día me sorprende más la actitud de los políticos, sus partidos y los gobiernos que forman que se consideran cristianos, o que sin considerarse oficialmente así les hacen muchos guiños a la Iglesia Católica y otras confesiones cristianas poderosas, como la Evangelista, en cuánto a la actitud que están tomando con la crisis migratoria actual, algo novedoso en Europa, pero algo cotidiando por desgracia en nuestras costas. Tan cotidiano que apenas le echamos cuenta.

Ahora es un poco más difícil verlo, porque el nuevo talante del papa Francisco evita los comportamientos de los pontífices anteriores. Pero no es difícil recordar como tanto Benedicto XVI como Juan Pablo II, en especial éste último, han sido especialistas en viajar y ser recibidos por jefes de estados poderosos de La Tierra.

Francisco ha visitado más a los países pobres que sus antecesores que se pasearon por países como el nuestro, España.
Los recibimientos de los papas siempre han sido grandísimos actos no siempre exentos de polémica, como la visita del papa Benedicto XVI a Valencia.

En todos estos actos religiosos, siempre aparecen los políticos a muy alto nivel para rendirle honores al papa. Algunos como jefe de estado y otros/as – sólo hay que verles la mantilla o como se ponen de rodillas – como líder espiritual.

El Papa es el vicario de Cristo en La Tierra. Y así lo reciben las autoridades políticas.

Pero es que si cogemos el Evangelio, Cristo no solamente se presenta a través del Papa. Si no a través del prójimo, especialmente, del que sufre. Cada emigrante que llega es un Cristo. Otro Cristo. De la misma categoría que el papa. Ver la cita de Jesús sobre este asunto al comienzo de este artículo. Entonces, me pregunto: ¿por qué estos políticos cristianos están dando la espalda a los inmigrantes? ¿cómo le pueden recibir con vallas? ¿No son capaces de ver a Cristo en el prójimo y sólo lo ven en la imagen del Papa y de todo cuanto rezuma poder?

Posiblemente sea uno de los actos de hipocresía más grande que se realiza en la actualidad política nacional e interancional.
Pero es la misma Iglesia institucional – dentro de ella, siempre hay una parte silenciosa que nunca falla – la que no está dando una respuesta acorde a la tragedia que estamos viviendo. ¿Qué hace la Iglesia que calla ante la llegada de Cristo y mira hacia otro sitio? ¿Qué clase de Iglesia es ésta, y vámonos a la más cercana, que es capaz de sacar a figuras de Jesús en pasos y no es capaz de hacer una manifestación de fe pidiendo justicia para esos otros Cristos, los inmigrantes, los refugiados, tan Cristos como el de la Expiración o el Prendimiento por poner sólo dos ejemplos sonantes?

¿Ocurre esto porque sólo nos miramos el ombligo, nos quedamos en el folclore y no somos capaces, o no nos da la gana de leer un Evangelio que nos incomoda?

El Papa quiere que los sacerdotes, los obispos, huelan a rebaño, huelan a oveja. ¿A qué huele la Iglesia de hoy que no es capaz de dar una respuesta contundente a este drama?

Escribiendo esto no puedo dejar de tararear la canción de Joan Manuel Serrat ‘Disculpe el Señor’. Parece que estaba haciendo una profecía de lo que está sucediendo ahora.

Disculpe el señor 
si le interrumpo, pero en el recibidor 
hay un par de pobres que 
preguntan insistentemente por usted. 

No piden limosnas, no… 
Ni venden alfombras de lana, 
tampoco elefantes de ébano. 
Son pobres que no tienen nada de nada. 

No entendí muy bien 
sin nada que vender o nada que perder, 
pero por lo que parece 
tiene usted alguna cosa que les pertenece. 

¿Quiere que les diga que el señor salió…? 
¿Que vuelvan mañana, en horas de visita…? 
¿O mejor les digo como el señor dice: 
«Santa Rita, Rita, Rita, 
lo que se da, no se quita…»? 

Disculpe el señor, 
se nos llenó de pobres el recibidor 
y no paran de llegar, 
desde la retaguardia, por tierra y por mar. 

Y como el señor dice que salió 
y tratándose de una urgencia, 
me han pedido que les indique yo 
por dónde se va a la despensa, 

y que Dios, se lo pagará. 
¿Me da las llaves o los echo? Usted verá 
que mientras estamos hablando 
llegan más y más pobres y siguen llegando. 

¿Quiere usted que llame a un guardia y que revise 
si tienen en regla sus papeles de pobre…? 
¿O mejor les digo como el señor dice: 
«Bien me quieres, bien te quiero, 
no me toques el dinero…»? 

Disculpe el señor 
pero este asunto va de mal en peor. 
Vienen a millones y 
curiosamente, vienen todos hacia aquí. 

Traté de contenerles pero ya ve, 
han dado con su paradero. 
Estos son los pobres de los que le hablé… 
Le dejo con los caballeros 

y entiéndase usted… 
Si no manda otra cosa, me retiraré. 
Si me necesita, llame… 
Que Dios le inspire o que Dios le ampare, 
que esos no se han enterado 
que Carlos Marx está muerto y enterrado.

Escribí esto antes de ver al niñito muerto en la playa. Algo que está sucediendo todos los días, pero ahora, lo hemos visto desde la comodidad de nuestras casas y nos hemos escandalizado. Ahora. Cuando tenemos un mar que es un cementerio.
 

Archivado en:

Si has llegado hasta aquí y te gusta nuestro trabajo, apoya lavozdelsur.es, periodismo libre, independiente y en andaluz.

Comentarios

No hay comentarios ¿Te animas?

Lo más leído