No tenemos un problema de falta emprendimiento, al contrario, en nuestra propia ciudad podemos encontrar emprendedoras y emprendedores, personas valientes y dispuestas a emprender nuevos proyectos empresariales.
No tenemos un problema de falta emprendimiento, al contrario, en nuestra propia ciudad podemos encontrar emprendedoras y emprendedores, personas valientes y dispuestas a emprender nuevos proyectos empresariales. Las dificultades para montar una empresa son principalmente la falta de consumo y la ausencia de un tejido empresarial dinámico, y las políticas de apoyo a las empresas están totalmente alejadas de sus verdaderas necesidades. Repetir la consigna de que tenemos un problema de emprendimiento es ser injusto para todas esas personas que luchan por sacar sus proyectos empresariales adelante, además de proyectar una falsa expectativa.
Después de estudiar carrera, máster y doctorado, mi generación se encuentra sin oportunidades profesionales, sería una nueva vuelta de tuerca que le vendamos ahora la moto del emprendimiento. La llamada que se hace a los que han perdido su empleo o a los que tras salir de la universidad no han tenido ninguna oportunidad, de que es la hora del emprendimiento y que emprender es una salida, es una gran mentira, una mentira que no pretende otra cosa que culpabilizar a las personas de una situación de la que no son responsables. La connivencia de políticos con el sistema bancario ha provocado una crisis que la están pagando quienes no son culpables sino víctimas.
Además esta santificación de quienes inician una empresa, deja a un lado lo más importante para que realmente una empresa siga adelante, que no es más que los trabajadores y trabajadoras, esto es, grupo humano que tiene la formación, la capacidad e iniciativa necesaria para aportar valor y dinamizar la economía. Tenemos emprendedores valientes y pertinaces, y trabajadores, muchos en paro, pero con la formación, capacidad e iniciativa necesaria para revertir la situación económica, una crisis que ya dura demasiados años. Lo positivo es que nuestra ciudad tiene potencialidades desaprovechadas, emprendedores y profesionales suficientes, para llevar adelante nuevos proyectos empresariales, pero es necesario que la fiscalidad, las subvenciones y la contratación pública no estén al servicio de las multinacionales y las empresas del testaferro del político de turno.
Este artículo se publicó originalmente en la publicación Gente Corriente.
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