Fachada de la sede del periódico digital lavozdelsur.es. FOTO: PACO TANA.
Fachada de la sede del periódico digital lavozdelsur.es. FOTO: PACO TANA.

Indignación. Y mucha. Eso es lo que me provoca que un medio de comunicación eche mierda sobre otro. Y cuando es de forma injusta, todavía más. Probablemente esa sea la parte más fea del periodismo, los intereses empresariales y políticos. Y claro, se cree el ladrón que todos son de su condición. Hay medios que no son capaces de no echar por tierra el trabajo de otros para destacar el suyo. Una práctica rastrera y muy habitual. Tan solo hay que ver lo que ocurrió hace unos días con lavozdelsur.es.

Los trabajadores de este diario digital tuvieron que salir a defender su trabajo y su independencia política por falsas acusaciones de otras publicaciones. Para lavozdelsur.es lo fácil hubiese sido entrar en el juego. Quizá era lo que buscaban los que atacaban. Lo elegante y profesional era defenderse sin acusar a otros. Y eso es lo que hicieron.

Les voy a contar cómo llegué hasta aquí y lo que hace que permanezca. Hace un año una persona que pertenecía a este medio, conocedora de mi mala situación laboral, me ofreció escribir una columna semanal. Sin dudarlo acepté y siempre me sentiré agradecida. Cuando crees que ya no vas a encontrar tu hueco en el periodismo (el sueño de tu vida), cuando casi tienes que decirle adiós a esta profesión, te queda el consuelo de poder escribir en un rincón como el que siempre habías imaginado.

De niña te planteas que quieres ser periodista y que podrás escribir de lo que quieras. Conforme creces y te introduces en este mundo te das cuenta de que no es así. Resulta frustrante que con reportajes terminados, te los censuren por intereses empresariales. Aún recuerdo cuando en un periódico muy conocido tan solo me faltaba hacer un clic para publicar un reportaje sobre unos trabajadores de una cafetería que se encontraban en una situación precaria y me lo prohibieron porque el director del periódico era amigo del dueño del establecimiento.

La sensación fue horrible. Aquí, en lavozdelsur.es, jamás me han censurado. Siempre escribo sobre el tema que me apetece y nunca nadie me ha dicho que no puedo escribir sobre algo o que mi opinión sobre algún tema no se puede publicar. Y eso, además del gran trabajo de los que están detrás de esta web, es lo que hace grande a este medio. Sepan ustedes que merece la pena informarse a través de este portal, porque no tiene la contaminación que tienen otros.

Otro de los motivos que me hizo decir sí a colaborar con esta publicación fue que coincidí hace unos años con algunos de los que forman parte de ella en un proyecto breve pero intenso. Fue breve, muy breve. Estuve apenas dos semanas. Pero posiblemente haya sido la experiencia laboral más intensa que he vivido hasta el momento. No he tenido tiempo de vivir muchas, pero les aseguro que en esos días aprendí de periodismo más que en los años de carrera y máster.

Si algo tenían en común la mayoría de trabajadores que formaban parte de la aventura en cuestión era que ponían todo de su parte y más para hacer un buen trabajo y sacar adelante un periódico sin censura y presiones políticas. Siento que en tan poco tiempo pasé desapercibida, pero la influencia que tuvieron y aún hoy tienen en mí es enorme. No salió bien, pero algunos de ellos volvieron a intentarlo. Por eso y por lo que leo, aunque no vivo el día a día en la redacción de lavozdelsur.es, me atrevo a decir que viven de esa manera tan profesional, intensa y vocacional el periodismo.

Quien quiera pensar que con este texto estoy haciéndole la pelota a alguien, que lo piense. Les aseguro que no tengo la necesidad ni laboral ni personal de hacerlo. Pero cuando las injusticias rodean al periodismo y a un grupo de personas que vive por y para la profesión de la forma en la que aquí lo hacen, siento la necesidad de expresar mi apoyo a mis compañeros.

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