El PSOE tiene un problema de número, de división e incluso de capacidad, pero no es menos cierto que no son los únicos responsables de estar donde están y de lo que pasa.
Ganemos ha dejado para septiembre abrir el debate –ojo, abrir el debate, no tomar un decisión- acerca de la posibilidad de entrar en el gobierno municipal de Jerez, una posibilidad en la que siempre irían de la mano de IU. Ganemos tiene claro que nadie le va a marcar el calendario de trabajo, lo que hace que el horizonte prenavideño se vislumbre para la toma de una decisión que, en caso de ser afirmativa, abriría a su vez un período de negociaciones con el PSOE, por lo que estaríamos hablando, siempre que se pudiera hablar de una decisión cuádruplemente positiva (sí a pactar con el PSOE entrar en el gobierno, sí a las condiciones del pacto con los socialistas, sí de IU, sí de los socialistas a dicho pacto) de febrero como mínimo. Por el medio hay que recordar que IU, la otra pieza del posible tripartito, actualmente se posiciona equidistante entre entrar en el gobierno o participar en una hipotética moción de censura que apartara a los socialistas del gobierno y diera paso, en palabras del líder local de la coalición de izquierdas, Ruiz-Berdejo, a un gobierno de “izquierda de verdad”, todo ello después de haber perdido tanto la paciencia ‘con’ como la confianza ‘en’ los socialistas.
Hasta aquí la situación actual en que se encuentra el Ayuntamiento de Jerez después de que Ganemos e IU facilitaran tras las municipales un gobierno muy minoritario del PSOE (siete concejales que se quedaron en el día a día en seis) sin formar parte de él, cerrando un acuerdo de mínimos para la investidura de Mamen Sánchez como un mal menor que cerrase el paso a un nuevo mandato del PP. Durante este año largo ha sido latente que el PSOE tiene un problema de número, de división e incluso de capacidad, pero no es menos cierto que no son los únicos responsables de estar donde están y de lo que pasa. Ese acuerdo de investidura de hace catorce meses poco o nada ha crecido durante este período de tiempo y en absoluto ha dado paso a un pacto de legislatura o, en última instancia, un pacto de gobierno, y eso es culpa de todos. Ganemos e IU, los otros responsables, han visto cómo los socialistas les han ido aprobando casi todas sus propuestas, aunque otra cosa es que las apliquen -como hace unas semanas se reconoció desde Ganemos-, en un remedo de la famosa razón de los tontos, mientras que los socialistas han intentado hacer piña (aunque estuviera partida por la mitad) dando por hecho que la situación generada es –y efectivamente así la ve este cronista- irreversible, la Alcaldía y el gobierno socialista son para cuatro años y, si acaso, habrá que hacer hueco para el tripartito, pero hasta ahí. Incluso en la política jerezana es impensable un acuerdo de IU y Ganemos con el PP para desalojar al PSOE o que el PSOE decida apartarse…
Está claro, quedó claro, que había muchas ganas de desalojar al PP del gobierno municipal cuando se firmó el acuerdo de investidura, pero IU y Ganemos firmaron un cheque en la práctica más en blanco de lo que suponían y que, en ningún caso, incluye la moción de censura entre sus cláusulas. Otra cosa hubiera sido dejar gobernar al PP en minoría los primeros meses, y que las tres formaciones de izquierda hubieran cerrado un acuerdo de legislatura o de gobierno debidamente madurado (prioridades reales para la ciudadanía en lugar de quién va a ser la alcaldesa y cuatro vaguedades plasmadas en veintitantos folios mal grapados) que más adelante se hubiera puesto en marcha tras una moción de censura, jugando incluso en los tiempos con la estrategia política nacional. Pero ahora…
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