Levanto  a mi hija temprano porque tiene que terminar el trabajo de historia que le han pedido. Así que voy a su cuarto porque me gusta ver cómo se estira. Me da la sensación de que imita los desperezos de la gatita.

.- ¡Vamos valiente que el día te espera!

.- Huuummmmm, buenos días.

.- Buenos días corazón, ¿qué programa quieres para desayunar?

.- El tuyo, me responde. (cómo me gusta oír eso). Aunque en realidad no es mío, es un desayuno tradicional de esta región de Andalucía. Lo que ocurre es que ahora está programado y lo prepara el Crobot.

.- Acuérdate Aldia, que tenemos que comprar las impregnaciones de baño, que se están acabando.

.-¿Es cierto lo que dice el abuelo que antiguamente las personas usaban agua para bañarse?

.-Así es hija, fue así hasta que el agua se contaminó demasiado y casi se agotó hace ya muchísimos años.

.- ¡Anda ya, papá! ¿Y para que está el agua del mar?

.- Esa es la que bebemos.

.-Después de desayunar me tengo que poner a trabajar. Conéctate pronto y termina el ejercicio.

.- ¿Te puedo preguntar cosas?

.-Claro hija, estoy en mi mesa. Pero hazlo personalmente, no por el IH, por favor. -Estoy pensando en poner el documental sobre las incomodidades de la vida en el siglo XX, edad moderna, como se decía antiguamente, qué ironía. Aunque prefiero que mi hija Aldia me pregunte, cosa que hace casi de inmediato cuando nos sentamos a desayunar.

.- ¿Por qué no nos podemos bañar con agua?

.- No es necesario, encima es un derroche y una incomodidad. Hoy tenemos adelantos y métodos que resulta un lujo derrochar tanta agua en el aseo.

.- Tengo que preparar el trabajo sobre el desastre del XXI, ¿me ayudas?

.- Por supuesto, pero yo hablaría mas bien en plural.

.- ¿Es que hubo varios?

.- Sí hija, hubo varios desastres y guerras. Te contaré, pero antes me tengo que remontar a lo que se llamó la 1ª Guerra Ambiental Mundial al final del siglo XXI.

.- Sí, por favor.

.- Mira, desde mediados del XX ya empezaron las primeras voces a llamar la atención sobre el problema que sería la subida de la temperatura global, los cálculos cada vez más exactos avisaban de que si se alcanzaba un incremento de dos grados los efectos serían muy dañinos y los costes altísimos, además de que se alcanzaría el punto de no retorno.

.- ¿Qué es eso papá?

.- Pues que ya no se puede volver atrás. Te lo explico con un ejemplo. Imaginas que vas en tu bici, no te das cuenta del aviso electrónico al final de la calle. Vas distraída y sigues rápida hasta que por fin te das cuenta, frenas de inmediato pero la inercia hace que te lo saltes (punto de no retorno) y viene el accidente.

.- Ahora, sí.

.- Bien, me alegro. Como te decía, la temperatura global se incrementó al final del XXI en más de un grado. Si no recuerdo mal fue por el 2090 más o menos. En esa época América del Norte y el Caribe venían padeciendo un incremento, en cantidad e intensidad, de huracanes. Las grandes zonas de cultivo en Estados Unidos finalmente se convirtieron en un erial y lo contrario pasó en el Sáhara, así que la producción alimenticia cambió de país, con el inconveniente de que en América decenas de miles de agricultores sufrieron las consecuencias y muy pocos aprovecharon el florecimiento en lo que empezó a dejar de ser un desierto. El mar, debido a los grandes deshielos de Groenlandia y de la Antártida subió lo suficiente para que Venecia, Miami, Alejandría o Rotterdam y otras ciudades belgas quedaran en su mayor parte inundadas pasado el 2100. Lo peor no obstante ocurrió en el continente indio. En aquellas fechas el mar obligó a desplazarse a más de cuarenta millones de personas de la franja costera de India y Bengala. Ese fue el germen de lo que te decía antes desayunando sobre la guerra climática.

.- ¿Y en Jerez, qué pasó papi?

.- Aquí en Jerez, y en España, desaparecieron los cambios de estaciones y pasamos a tener una media de 30º desde marzo a octubre, casi como hoy en día.

.- Qué bien, me gusta este tiempo. ¡Siempre es verano!

.- Bueno, por aquel entonces no fue muy alegre estar siempre en verano. El cambio a lo largo de aquellas décadas no dio tiempo a casi nada y se perdió una de las joyas de identidad de esta tierra.

.- ¿Cual papá?

.- El vino de Jerez, vida. Como ya te dije, en casi 70 años todo cambió. Al cambiar el clima, cambiaron los vientos, la humedad, la temperatura por supuesto, las lluvias, cada vez más escasas, en fin, cambió todo el proceso de maduración y de cultivo. Se hicieron modificaciones genéticas, que aunque estaban prohibidas, la presión de los agricultores vinícolas de toda España consiguieron una modificación puntual de la Ley de prohibición de cultivos modificados genéticamente. Se aclimataron las bodegas creando un clima similar al de siempre, pero artificial. En fin hija, se intentó todo. Incluso se buscaron lugares similares de clima, pero faltaba el tipo de suelo y ya no se podía llamar Jerez. La ruina fue total para aquella gente. Una cultura de siglos se perdió para siempre. A menos que el clima vuelva a ser como antes del cambio ya no disfrutaremos más de aquel tesoro enológico.

.- ¿Y qué pasó entonces?

.- Las viñas se fueron abandonando, pero por precaución se guardó en el banco de semillas las originarias. Se empezó a cultivar especies nuevas que se adaptaran a ese tipo de clima, especies tropicales, y otras traídas de África de climas parecidos. Los terrenos improductivos se dedicaron a la instalaciones de paneles solares, eso casi fue un denominador común en Andalucía, lo que hizo que nos convertiéramos en un exportador de energía limpia.

.-Sigue por favor...

.- Aldia, creo que ya está bien por hoy, tengo que seguir con mi trabajo y tu clase va a empezar ya, conéctate y seguiremos más tarde o mañana.

.-Vale, papi.

.-¿El abuelo conoció todo eso?

.-Él no se acuerda mucho, lo que sabe y lo que me ha contado es porque su padre, mi abuelo, que no conocí, se lo contó. Él perteneció a la generación de después del cambio. Cuando él nació a final del XXII, ya se habían superado los dos grados de temperatura y la humanidad entraba en el tercer grado de incremento global.

.- Una cosa más papá. Me has contado lo que pasó en el campo, pero y en Jerez, ¿estaba igual que hoy?

.-No, en absoluto. Después de la Ley de limitación del crecimiento urbano, ninguna ciudad podía ocupar más territorio urbanizado y las edificaciones que por viejas se caían se destinaban a zona verde.

.- ¿Y qué tiene que ver? No lo entiendo.

.-Aldia, tienes que comprender que las ciudades consumían mucha energía y desprendían muchos residuos y contaminación. Lo que se trató de conseguir por cualquier medio y medida era frenar el calentamiento. Todo aquello que por ínfimo que fuera pudiera frenar la subida de la temperatura enseguida se aceptaba. Era una guerra, demasiado tarde emprendida, contra el cambio del clima.

.-Si entras en Inet, podrás ver cómo Jerez se paró en los centros comerciales y polígonos industriales, muy común en aquella época, que prácticamente se instalaban en las afueras de todas las ciudades. Aunque para ti sea normal que todas las casas y edificios sean blancos, se promulgó una ley a nivel internacional que obligaba a pintarlos de blanco, era una medida más para compensar el efecto albedo por la pérdida de las grandes masas de hielo que cumplían ese cometido. Todos los edificios públicos, excepto los históricos, cambiaron a blanco. Los privados también.

.-Veo que estás muy interesada en todo lo que te cuento, pero vamos a dejarlo por hoy, continuaremos mañana u otro día. Ya que eres muy curiosa, te contaré cómo fueron cambiando la cultura, las costumbres, e incluso las creencias, pero... otro día. Ahora a estudiar y yo a trabajar.

José Abeledo. Presidente de la asociación para la Defensa de la Naturaleza y el Medio Ambiente Itaca.

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