El golfo de América y el de Israel

El nuevo sheriff del mundo ha tomado posesión con prepotencia y descaro y porte de gran matón

21 de septiembre de 2025 a las 15:44h
Viñeta de Pedro Carabante 'Peri'.
Viñeta de Pedro Carabante 'Peri'.

Nunca llegué a sospechar, que viviría en mi tiempo,
un cambio tan radical
como el que estamos sufriendo.

El nuevo sheriff del mundo
ha tomado posesión 
con prepotencia y descaro
y porte de gran matón.

Americana, azul; roja, la corbata.
Por mucho que se disfrace se nota que es una rata.

Un mafioso sin conciencia que desprecia al semejante,
con el corazón de piedra y la sangre de un cobarde.

Todo vale si yo gano, piensa arrogante el baranda,
y aclamado por su chusma hace inclinar la balanza.

La balanza de intereses, presagio de la ruina 
que conduce al ciudadano por un camino de espinas.

Es el gran golfo de América. Según dice a boca llena:
un enviado de Dios. Del dios ese, de la guerra.

Con el judío genocida hace muy buena pareja,
son los dos, tal para cual; pura maldad y vileza.

Ya no respetan a nadie, se creen dueños del mundo.
Hay que pararles los pies a tan crueles energúmenos.

Solo merecen desprecio estas mentes criminales,
que envenenan nuestra tierra sembrándola de maldades.

Jamás reinó la concordia en este dichoso planeta.
¿Cuándo la naturaleza humana dejará de ser tan mierda?

Han olvidado el pasado, y aquella siniestra guerra.
Los nuevos nazis del mundo a sus anchas se pasean.

Se repite el holocausto: Israel con su venganza
sobre la población civil de sus vecinos de Gaza.

Con la sangre de inocentes la estrella de David manchan,
son traidores a su historia; la muerte son sus hazañas.

Han convertido la franja en un auténtico infierno.
Que sean maldecidos todos, criminales y gobiernos.

El hambre como arma de guerra la emplean esos malnacidos
matando de inanición  a hombres, mujeres y niños.

Asesinatos, masacre, exterminio, genocidio, ¡esas son las palabras!
El resto del mundo, espera, con hipócrita tardanza.

Netanyahu, criminal de guerra. Trump, un padrino sin entrañas.
El resto de dirigentes, ¡hasta el Papa!
como inánimes comparsas
balbucean palabras huecas o…¡Callan!

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