Punto de agua para la fauna silvestre.
Punto de agua para la fauna silvestre.

No soy cazador, no me gustan las armas -“las armas las carga el diablo”- pero me gusta la carne de caza menor. Mi amigo Miguel de niño iba con su hermano temprano a poner costillas y perchas para llevar algo que echar al perol con arroz que cocinaba su madre, para chuparse los dedos a pesar de la incertidumbre del no saber si tendría éxito si bien en la confianza de su verdadera despensa al aire libre.

Conejos, liebres reservadas a los galgos y perdices es una trilogía de muchos de nuestros pueblos, de su gastronomía local, cada uno a su manera y en convivencia con multitud de especies de nuestro monte mediterráneo, más arriba de esta base de la pirámide alimenticia. Las codornices ya prácticamente desaparecieron como el Torillo Andaluz y cantan más los canarios criados en jaulas que jilgueros, jamaces y verderones juntos.

Los ríos llevan agua en verano gracias a los acuíferos subterráneos, recargados gracias a las lluvias y a un manejo adecuado del territorio. Cuándo una de estas cuestiones no se produce o se limita, se producen restricciones provocando afecciones en la vida que nos rodea.

Cada vez que voy al campo - “ese territorio que empieza donde dos personas que se cruzan, se saludan”-, cada vez veo menos animales y lo que más me preocupa ni los escucho ni detecto sus rastros. ¿Qué está pasando, que hasta los animales abandonan su Madre Tierra?, ¿Qué sucede con la fauna silvestre cuando ha de beber en un territorio de escasez?. Pues si arroyos no corren, los ríos se secan, las charcas y lagunas no perduran como antaño, jilgueros, verderones y perdices beben del gotero, conejos y liebres roen gomas y sacian su sed, afectan al riego y a su propia salud, por ende su existencia.

Ver según RAE es “Percibir con los ojos algo mediante la acción de la luz”, “Percibir con la inteligencia algo, comprenderlo”, ….. y “Darse cuenta de algo”, Mirar, “Dirigir la vista a un objeto”, “Observar las acciones de alguien”, “, “Considerar un asunto y meditar antes de tomar una resolución” y Observar, “Examinar atentamente”, “Advertir, reparar” y “Mirar con atención y recato, atisba”.

El gota a gota se ha impuesto en zonas de estrés hídrico, con el fin de garantizar las necesidades hídricas de nuestros cultivos, con líneas de goteros que hacen de amueblamiento de cada parcela agrícola de regadío. Hasta el abono se implementa denominándolo fertirrigación. Y para evitar intoxicaciones - debilitamiento de poblaciones - y tener un riego más eficiente, exigir el riego subsuperficial donde en ningún caso se visualice las infraestructuras de baja - enterrándolos - y las pérdidas por evaporación se minimicen.

El uso de venenos en forma de productos químicos de síntesis en la agricultura convencional, jardinería de medianas y cunetas de carreteras incluida, tales como herbicidas, insecticidas y abonos y los residuos que se mantienen en tierra y agua de los que años y decenas de años se vertieron – véase simazina- nos afectan a todos, y lógicamente a los de menor tamaño, las dosis de intoxicación pasan a ser mortales. Pocos insectos se ven en los parabrisas impactados, a pesar de las aceleraciones, atropellos de conejos o impactos con perdigones ya escasean, y un arroz con liebre ahora es misión imposible.

Declaración de Zona libre de venenos —dentro de los cotos de caza menor—, control de expansión de jabalí incluso fuera de veda y de gastos domésticos asilvestrados y creación de red de refugios y nidos, praderas naturales que doten de alimento como barbechos y red de bebederos de fauna silvestre, puntuales y permanentes, repartidos en cada término municipal, accesibles a mamíferos, aves y anfibios, alimentados con energías renovables, y mantenidos correspondientemente ante averías o mal uso son medidas de choque social y territorial. El número de licencias de caza menor se mantiene si bien el desánimo en las salidas al campo crece por momentos y nuestra gastronomía local de sabores auténticos se resiente.

Me niego a pensar que la carne de caza menor tenga que provenir de granjas, al no ser capaces de ver, mirar u observar mientras se pegan tiros a la lata. Empezaremos así a poner premisas intuitivas y fácilmente entendibles para volver a ver animales en el campo y escuchar el canto de nuestros pájaros y ranas, música que llega al corazón.

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