Sanador del buscador de ruidos. Aurora Villalobos, violinista en la apertura del segundo Foro del Parlamento Climático Andaluz, el pasado 19 de febrero.
Sanador del buscador de ruidos. Aurora Villalobos, violinista en la apertura del segundo Foro del Parlamento Climático Andaluz, el pasado 19 de febrero.

Una gran enfermedad es obsesionarse con los ruidos y su origen, desembocando incluso en la locura. Tengo amigos abogados que no quieren este tipo de casos, por ser demasiado emotivo y de extremada sensibilidad.

Una silla arrastrada, un cordel de la ropa a tender, los tacones a estrenar del piso de arriba, el portazo de la puerta de la calle, el silbido de la olla exprés, un grifo, con el paso del tiempo, genera ruido al dejar escapar gotas, la persiana metálica del local cercano, el claxon del impaciente conductor, la moto trucada, el camión de la basura selectiva, con especial destacamento del estruendo del vidrio, la alarma del coche sensible, la excavadora abriendo zanjas, la reforma del piso del vecino, el sobre volumen de la música en el parque, incluso la carga de chatarra en el puerto, son fuentes cotidianas de ruidos, algunas incluso conllevan vibrado de cristales de ventanas.

Los decibelios es la unidad de medida, escasos los sonómetros calibrados en las ciudades e inexistentes en nuestros pueblos y aldeas, a pesar de la normativa vigente. La salud, psicológica y fisiológica, es un indicador que se resiente a medida de la subida de los dB de día, y con consecuencias más graves de noche.

Los nuevos tiempos nos aportan vehículos eléctricos, sin ruidos, y andamos inmersos en Europa en cómo sonorizarlos, pues ni los oímos venir ni tenemos esa sensación de velocidad. Nos hemos, en nuestra forma de vivir, “ruidizado”.

El volumen adecuado nos lo da la propia naturaleza, en forma de melodías, cantos y sonidos como el del aire. Dato curioso es que los músicos hablan bajo, y muestran una atención a la conversación inusual en estos tiempos de pandemia, donde nos hemos olvidado también, de que ellos viven de hacer frente al ruido con música, una forma de Cultura.

Si asumimos que no tenemos que hacer ruido, evitarlo en nuestra actividad diaria, pasaremos página con los buscadores de ruidos, y habremos dignificado a la música de nuestro entorno, sonidos de la naturaleza, incluida la urbana.

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