El día que restauremos ambientalmente todos los arroyos y ríos de nuestras cuencas, habremos entendido que el agua clara es necesaria para nuestros ecosistemas y para la vida en nuestra tierra.
Implantación de bosques de ribera con especies autóctonas, eliminación de especies invasoras y exóticas como caña común y ailantos, ejecución de escalas de peces, pasos de anfibios y/o eliminación de azudes, senderos fluviales o vías verdes por ambas márgenes del Dominio Público Hidráulico, recuperación de meandros con sus llanuras aluviales - vital importancia de recarga de acuíferos y de minoración de riesgos de inundación - con vistas a aumentar el número de reservas naturales fluviales, son medidas de contrastada utilidad y necesidad en estos tiempos.
Hay casos prácticos en el cual podemos aprender, y un ejemplo a saber 23 kilometros separan nacimiento, entre Olivares y Salteras, y desembocadura en el estuario del Guadalquivir. Un corredor verde fluvial -movilidad sostenible- restaurado por el Ministerio de Medio Ambiente a través de la CHG, que va tomando cuerpo como bosque de ribera y monte mediterráneo, en el corazón del aljarafe sevillano y con influencia en el área metropolitana de Sevilla.
En bicicleta, andando o a caballo permite disfrutar casi en su totalidad de un enriquecimiento en biodiversidad y uso público recuperado, ejemplo digno de visitar y comunicar. "El que puede" o Riopudio.
Una valla cortando de bruces el paso y un canal de hormigón en sus tramos rústico final y urbano, demandan una naturalización necesaria de dos fases. La primera en rústico consistente en la ejecución completa de la conectividad a lo largo de sus márgenes para dotar de movilidad sostenible real, a falta de tan sólo 600 metros.
La segunda en urbano, conjugar hidrología, biodiversidad, paisajes, urbanismo y personas, garantía de éxito y una gran medida frente al Cambio Climático.
Hasta una mascota tiene este río y es que si se quiere, se puede. Todos nuestros Riopudios bien se lo merecen.