Estuario del Guadalquivir, en una imagen reciente.
Estuario del Guadalquivir, en una imagen reciente.

Una de las principales causas de la extinción del esturión en el Guadalquivir fue la construcción de las presas de Alcalá del Río y Cantillana, al dejar sin frezaderos —lugares de puesta de los preciados huevos— a los que remontaban el estuario del Guadalquivir. ¿Cómo reconstruir esa economía social, que llegó a destacarse como el mejor caviar del mundo?

En Villa Pepita, hoy afamado restaurante Esturión, se elaboraban esas conservas únicas a pie de estuario, y justo al lado, la casa de las anguilas, directamente del gran río se vertían en las piletas para su comercialización, en menos de cien metros de litoral de Coria del Río. Riqueza por todos lados. Al pie de la presa de Alcalá del Río, todavía recuerdan el incremento notable de capturas al chocar literalmente los peces, al intentar remontar la presa recién inaugurada, pero se cumplió el dicho "Pan para hoy, hambre para mañana", cada vez menos pescados, menos especies acuáticas, menos agua de transición, menos economía, menos vida social del estuario.

Reconstruir el estuario, recuperando aguas arriba más de cuarenta kilómetros hacia el interior de Andalucía, con esos magníficos y únicos frezaderos de las últimas graveras existentes en el cauce, origen de las grandes riquezas pesqueras de antaño del golfo de Cádiz, a través de la retirada, tratamiento e inertización de esos lodos petrificados retenidos por las presas, necesario planteamiento, sabiéndolo gestionar bien y con la participación de todos, supone poner las bases de la reconstrucción de una economía sostenible ambiental y social. No seremos los primeros en reconstruir, Estados Unidos y Francia son pioneros, pero estaremos orgullosos ante nuestras generaciones futuras.

Una vía verde fluvial, consistente en un paseo ribereño por las márgenes del estuario —alternativa a la conocida carretera del práctico o plástico en la actualidad para vehículos todoterreno— hasta la desembocadura en Sanlúcar de Barrameda, sería una oportunidad histórica para crear una economía de movilidad sostenible. Los paisajes, la distancia, los pueblos cercanos, bien lo merecen y nos brindan una oportunidad que sólo hay que aprovechar. Es el momento.

Con el cambio climático, los escenarios que se barajan indican que va a subir cincuenta centímetros el nivel del mar, por tanto, lo que va a hacer la naturaleza a su manera, mejor hacerlo nosotros, como ejemplo y piloto. En Andalucía tenemos siete estuarios, productores de una riqueza natural sin parangón, pues sin requerimientos adicionales, completamente natural, llegan a las mayores producciones. Se necesita menos agua para producir un kilo de langostinos que un kilo de maíz.

Estamos ante la oportunidad de saber reconstruir este planeta azul, único y sin igual, devolviéndole tanta vida que nos ha dado. Es de Justicia Social y Ambiental.

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Comentarios (1)

José Mª Hace 3 años
Es difícil imaginar un proyecto así sin la involucración total de la administración. Se puede empezar por la base, las comunidades y sociedad afectada más directamente. La evaluación de su impacto (ejecución) es algo de relevancia y digno de estudio como primer paso. Se nos olvida a veces el beneficio social y ambiental cómo revierte en la parte económica , vía ecoturismo, agroalimentario, infraestructura, ocio y servicios.
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