Todos tenemos un papel existencial y si no lo ves así, es porque no has entendido la sostenibilidad.
Disfruto en vida ante esparragueras silvestres en el encuentro año tras año, si tendrán espárragos ya, si estarán cogidos dejando tallo para que se hagan planta, dejando las puntas para el siguiente y ciertamente hay para todos los lugareños, habiendo llovido lo suficiente o en cambio se habrán helado, y si contaremos con suficientes huevos blancos de campo para la tortilla o revuelto. Los primeros me los como crudos en el campo y a continuación voy incorporando al manojo que sostengo en mi mano.
Recojo sus semillas y las esparzo por donde veo matas secas, e incluso por padrones, taludes y linderos a recuperar. Un olivar tradicional y de sierra con esparragueras junto a muchos de sus pies, es un bioindicador sin venenos químicos, además de complementar estratégicamente nuestra gastronomía local tradicional. Creo que hay que discriminarlo muy positivamente.
Debajo de naranjos ecológicos de José Miguel, fruto de las deyecciones de mirlos, estorninos y gorriones, nacen olivos y laureles de largas raíces, no se secan tomando humedad de dentro de la tierra en el largo estío, a pesar de estar dominados en esta etapa.
El arraigo de semillas sobre suelo natural, sin domesticar raíces con envases artificiales de viveros comerciales, tiene sus ventajas frente a la obtención de agua, además de dar de comer ahora como un método de siembra y futuramente con su fructificación.
Cada vez en cultivos más tecnificados, se siembran menos variedades, con gran riesgo ante posibles enfermedades y plagas, por ser copias idénticas y sin posibilidad de reacción intrínseca. Intensificando más y más, se demanda más agua, materia orgánica y luz, eliminando simbiosis aún sin competencia. La no garantía de recursos en tiempo y forma, lleva al colapso de este sistema excesivamente productivo a costa de los demás.
En el año 2019 han sido consumidas 319,04 Ton de glifosato como herbicida químico de síntesis en España, más de un kilogramo de media en cada una de las 362.933,29 hectáreas cultivadas, según Encuesta de Utilización de Productos Fitosanitarios Campaña 2019, resultados agosto 2021 del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Su afección sobre nuestros suelos, hace disminuir paulatinamente la biodiversidad vegetal silvestre y animal asociada donde se aplica y la lluvia los lleva hasta los embalses que nos dan de beber a nosotros también.
Las semillas que caen, se ingieren, germinan, crecen y dan frutos - si no son híbridas -, crean vida a su alrededor y están aclimatadas a sequías severas. Y me da la sensación que nos estamos quedando sin suficientes simientes, en nuestras zonas rurales cada vez más homogéneas y además un paisaje desolador se atisba en el horizonte, la naturaleza no es sabia, está indefensa y es incontrolable en sus reacciones.
Comentarios