El agua de boca está garantizada. Beber, cocinar, ducharse, lavar la ropa, limpieza del hogar son labores diarias que requieren del líquido elemento, siendo prioritario ante cualquier otro uso alternativo. La garantía de abastecimiento urbano, señal de gestión responsable y concienciación social de su uso.
Dicha actividad cotidiana humana conlleva un agua denominada negra, que diariamente lleva residuos orgánicos, restos de jabón y detergentes, y otras muchas sustancias hoy en día denominadas emergentes. Pueblos y ciudades mantienen vivos muchos ríos y arroyos que no van al mar, en verano y en periodos de sequía, a través de sus aguas una vez depuradas se vierten a cauces públicos, permitiendo el paisaje, la biodiversidad acuática, la recarga de acuíferos, usos industriales y riegos de regadíos de aguas abajo con concesión administrativa de aguas superficiales.
Las reservas de aguas subterráneas y superficiales sufren la falta de lluvias que las recarguen, además de usos por encima de las posibilidades reales. Hay que guardar agua en los años menos malos, para los periodos extremadamente secos, símil de los agricultores, incluidos los de secano, de antaño que vivían en pueblos e iban a los campos.
Las aguas regeneradas no son nuevos recursos a asignar, serán más limpias si se hace bien, pero no tendremos más cantidad de agua disponible en el sistema. Somos deficitarios en agua y lo seguiremos siendo si utilizamos la que no tenemos, a costa del futuro, allanando el camino al desierto.
Las depuradoras, en su funcionamiento, no generan ni consumen agua, tan sólo limpian, mejorando calidad, por tanto nuevos usos a asignar es contra los ya existentes. Esa agua ya está contabilizada, por eso no se ha asignado en épocas anteriores. No hagamos trampas al solitario.
Estoy viendo en mi barrio de Sevilla, como al dejar de regar parterres de una plaza construida sobre un aparcamiento subterráneo, las plantas se están secando a pesar de los años que tienen, sin posibilidad de subsistencia. Los parques y jardines son de uso y disfrute de todos, su conservación una necesidad social. El consumo de agua no potable que requieren se fundamenta en el interés general, siendo la posibilidad del cambio por las siempre disponibles aguas reutilizadas, una garantía de suministro en el futuro.
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