Un monumento natural, el alcornoque de la Dehesa San Francisco.
Un monumento natural, el alcornoque de la Dehesa San Francisco.

"Sólo se valora, lo que se conoce. Si no se ve, no existe". Las especies que nos huyen, desaparecen en el anonimato.

La sociedad desconoce que el mayor bosque humanizado de la península ibérica es la Dehesa, y en consecuencia, difícilmente se puede defender y poner en valor. Es única en dimensión, singularidad, especies que alberga, y sobretodo su gente.

¿Has probado una pechuga de pavo de la dehesa, engordado con bellotas, tras el vareo de la encina por una pavera? Es un manjar sin igual, al infiltrarse la grasa en la carne, nos traslada las esencias del paraíso, como sucede con el reconocido cerdo ibérico de bellota.

Sin embargo el manejo cada vez más mecanizado, la falta de rotación en el aprovechamiento de los pastos, sobrecarga ganadera, la no regeneración del arbolado, hacen que la denominada Seca de la encina y alcornoque, esté dejando ya comarcas completamente desiertas.

Las granjas intensivas de cerdos, en naves cerradas, se están estableciendo en el territorio deshabitado, pues generan tantos problemas ambientales, que donde se iniciaron, ya no las quieren. Es curioso que la mayoría de ese producto se destina a la exportación y no precisamente con un gran valor de mercado, por supuesto los residuos se quedan aquí. Si compramos sin tener en cuenta el sistema productivo, estaremos colaborando en la extinción de la dehesa, y no vale consolarse en que era irremediable. No estaremos a la altura de una sociedad desarrollada.

Investigación en ámbito forestal es bastante deficiente actualmente, escasa para la importancia que tiene territorialmente, y claro como la encina, especie principal de la dehesa, así está catalogada, pues el problema de la Seca de los Quercus, así nos va. Lo único que deseo es que no pase como a los olmos, tan paisajistas y tan literarios relatos protagonizados, que la grafiosis los hizo desaparecer y ahora hay un plan de recuperación. Lo que se extingue, es difícil recuperar, pues se pierden los sentimientos por el camino. Tiene que haber alguna encina resistente a la Seca, a algunos de los hongos y/o factores que la provocan, busquémosla y reproduzcámosla, pues se nos acaba el tiempo. Sin bellotas, no hay ibérico de verdad.

Un producto de valorización de las dehesas de alcornoques es el corcho, gran producto único y natural, si bien los derivados sintéticos llevan unos años recientes, siendo los sustitutivos en el embotellado del vino, dañando la persistencia de las mismas. Ante una copa de vino, exijamos un buen corcho, porque gestos así de sencillo, configuran nuestro territorio, paisaje y sus gentes.

Quienes gestionaron dehesas y plantaron sus árboles ya no están entre nosotros, para nuestro disfrute, siendo, además, muchas las que conforman las cuencas que abastecen nuestros pantanos. Recompensemos esa labor dignamente y el cambio climático es una oportunidad. Monumentos naturales como el alcornoque y encina de la dehesa San Francisco, de la Fundación Monte Mediterráneo, bien merecen una visita como la Alhambra, y con la posibilidad de darle un fuerte abrazo.

Las ayudas de la nueva PAC tienen que tenerla en cuenta y los responsables políticos han de llenarse la boca con las bondades y necesidades de la misma, defenderla y comprometerse por territorio, naturaleza, biodiversidad, sostenibilidad y sus gentes. Ante preguntas ¿Qué es la dehesa? No procede.

Iván Casero es Ingeniero de Montes


https://www.fundacionmontemediterraneo.com/es/413-monumento-natural

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