Es trilogía Mediterránea, paisajes del olivar andaluz en vías de declararse Patrimonio Mundial de la Unesco, marco tradicional identitario a nivel familiar, aunque cada vez más en extinción. Más de 200 variedades, en la Península Ibérica, conforman las olivotecas esperando una puesta en valor mayor, como el uso de olivos —en su variedad silvestre también los hay—, de aceitunas blancas en parques y jardinería, por su singularidad e imagen, y una apuesta clara por la diferenciación del olivar superintensivo, excesos de uso y consumo de nutrientes y de agua en nuestra tierra. No hay alimentos de calidad, si no hay suelos de calidad.
Este Aceite de Oliva Virgen Extra —AOVE—, nos da salud desde el alba, como la cucharadita en ayunas que se toma mi tío Antonio, nos dota de esa energía vital a través del desayuno, chorreado generosamente sobre una rebanada de pan artesanal de masa madre, —un gran bien que hay que comprar para poder exigir calidad—, tras restregarle un ajo —la variante ajo negro eco no repite—, o tomate natural, es un manjar sin igual, a modo casi de barquito.
Las elaboraciones de nuestras comidas de dieta mundialmente reconocida, empiezan por aportar aceite, y si se trata de frituras, de baño con inmersión hablamos. ¿Qué hacemos cuándo aparentemente ya no nos sirve? Nuestros abuelos y padres trabajaban la economía circular en su dimensión, y llegado este momento, con ayuda de sosa, obtenían el famoso jabón casero, de taco, parecido al de una marca de reptil, que deja la ropa con una textura especial, y se recomienda su uso en el lavado de manos, pues degrada la envoltura lipídica –grasa - del virus de esta pandemia. Salud en su más amplio sentido.
El aceite vegetal usado de nuestras casas particulares, ¿a dónde va? Los hay que los vierten en una botella usada para tal fin, y lo vacían en los depósitos de recogida en puntos limpios y calles, —escasos y difíciles de encontrar—, otros lo echan al contenedor orgánico —no es correcto—, mi madre hace jabón casero para la familia –sostenibilidad—, el sector Horeca tienen empresas autorizadas para su retirada y generación de biodiesel, si bien echando números, hay un gran volumen de aceite vegetal usado que no está citado anteriormente. El que se vierte al fregadero o al inodoro, y esto sencillamente, no procede. El oro verde no puede tener ese final.
Se estima, según Miteco, que anualmente pueden llegar a generarse unos 150.000.000 litros de aceite vegetales usados —además de oliva, girasol, cacahuete, soja, maíz, …—, un litro de aceite usado puede llegar a contaminar 1.000.000 litros de agua, y si todo el producido por un habitante se vertiese a la red de alcantarillado, contribuiría en la cuarta parte de la contaminación orgánica transportada por el sistema de saneamiento. El medio acuático es el sistema más productivo del mundo, y el más sensible.
La explotación ibérica agroecológica de mi amigo Alfredo, tiene su tractor y vehículos adaptados al funcionamiento con aceite vegetal usado, tras quitarle las impurezas de las frituras con ayuda de un simple colador, que recogía –hoy le exigen ser operador de residuos y el pago de una gran tasa fija, no hay proporcionalidad fiscal -, en los colegios de su alrededor y que llevaban los niños desde sus casas. Rafael de Tabernas experiencia similar. Una vez más, EDUCACIÓN, pilar de la Sociedad.
Todavía recuerdo como un motor en el año 1995, en la Etsiam de Córdoba, funcionaba con ayuda de aceite vegetal usado y llevaba más de 3.000 horas ininterrumpidas.
Son proyectos a abordar como Economía Circular, ideal para reforzar la economía familiar como industria artesanal, a desarrollar por niños —son nuestro futuro—, jóvenes —son el motor de la sociedad—, padres y adultos —responsabilidad adquirida, abuelos y bisabuelos —felicidad de toda una vida— cada uno en su dimensión, que tengan el compromiso, entrega, con el fin de demostrar que lo hicieron, porque nadie les dijo que era imposible.
Iván Casero es Ingeniero de Montes.
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