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Nos toman por gilipollas, o peor aún, lo somos y no nos hemos dado cuenta. Pero ellos sí lo saben.

Nos toman por gilipollas, o peor aún, lo somos y no nos hemos dado cuenta. Pero ellos sí lo saben. Ellos manipulan lo manipulable y cuando no lo es, simplemente lo inventan. El periodismo político toma partido en la pre campaña y, lejos de remilgos, prudencias y moralidades, se viste de fulana de esquina de polígono, o bien se sube al púlpito al más puro estilo de los predicadores televisivos americanos. Todo vale y nada es poco. Difama y vencerás.

Basta un escándalo de padre y muy señor mío, para que esa caterva de fanáticos se dedique a informar desinformando; que me parece muy bien que los plumillas se posicionen y muestren sus querencias… pero, ojo, que no olviden cuál es su profesión.

Y me parece muy bien que ante la falta de información veraz que apoye tu línea editorial decidas forzar a pellizcos la verdad y tratar de mostrar que esa tortilla de patatas que hay encima de la mesa no es tal, y que en realidad es una trucha ahumada. De acuerdo. Pero luego, cuando la probemos, no nos pidas que imaginemos el delicioso sabor del pescado, porque todos sabremos lo que tenemos en la boca: patata y huevo.

Ya está bien de tomarnos por imbéciles o como infantes que no saben lo que hacen y necesitan ser tutorizados. La sociedad española es suficientemente madura, sabe lo que es la democracia y lo que es una dictadura; sabe diferenciar entre terrorismo y conflictos territoriales. Sabe lo que ha hecho un partido, lo que hizo el otro, lo que piensan hacer aquellos y lo que les gustaría hacer a los de más allá. La gente vota en conciencia, y por ello es peligrosa para sus intereses.

Así que nada mejor que una buena dosis de Europa League, Champions y Eurocopa durante la pre campaña para que nos olvidemos de Púnicas, Gürtels, EREs, Bárcenas, Noos, Urdangarines, Panamá, Infantas, Marjalizas, etc, etc. Anestesiemos el pensamiento colectivo, amansemos a la bestia ciudadana indignada agitando los viejos miedos y fantasmas que tan buen resultado dieron a Felipe González y su “que viene la derecha”, y que ahora reciclan en el PP con el “que viene el comunismo”. Todo ello aderezado de vergonzosos Photoshop de facturas que lejos de aportar luz, la apagan y nos envuelven en una oscuridad informativa, que más que oscuridad es oscurantismo.

La política y el periodismo intervencionista se dan la mano de nuevo para jodernos el domingo de paella, señores. Bienvenidos de nuevo al país de la inopia.

Y luego querrán que votemos… ¿o quizá buscan lo contrario?

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