La felicidad.
La felicidad.

Al comenzar este artículo sobre la felicidad, se me ha venido a la memoria una canción, ¡ni se sabe de años!, que cantaba Georgie Dann con un estribillo que repetía machaconamente: “La felicidad ja jaaa me la dio tu amor oh ohh ohhh”.  La felicidad para él, era cantar sus canciones del verano. O como dice la letra; el amor. El correspondido claro, si no el sufrimiento está servido.

Para otros la felicidad ha sido el premio de la Lotería que les dio el dinero que necesitaban en tiempos de tan grave crisis. Otros de nuevo nos conformamos con el premio gordo de la salud, que no es poco y sobre todo en estos tiempos.

Estamos en la cuenta atrás para que termine el año y la felicidad para todos, creo y no me equivoco, será que termine el año yaaa.  Que se vaya con el pico más bajo de contagios y fallecidos. O mejor con ninguno, puestos a soñar. Pero que se largue de una puñetera vez, que no lo queremos más. Vaya lío ha formado el enemigo público número uno.

Y desde luego, para todos y cada uno de nosotros, la felicidad sería un 2021 sin virus. Tirar para adelante con una normalidad algo menos excepcional. Poco a poco, y  con la feliz llegada de la vacuna, volver a ver a los que tenemos lejos, reunirnos sin miedos, abrazarnos, besar y reír sin bocas tapadas.

La felicidad es el trabajo. Tener un empleo y un sueldo con el  que poder vivir con dignidad. Esa felicidad está un poco lejos para más de uno, por como vemos el panorama económico con esta crisis sin precedentes. Ahora con los presupuestos aprobados, hay que esperar cómo se aplican las partidas para la población y diferentes sectores, y si es suficiente para luchar contra el paro. Al menos se ha generado esperanza.

Otra felicidad para los más desfavorecidos es la contención de los desahucios. Ahí, muchas familias, más de las que podemos imaginar, verán un resquicio de felicidad. Me alegro por ellos. Cada uno, según sus necesidades, tiene un tipo de felicidad.

El que posee mucho puede que su inmediata felicidad sea el último modelo de coche de lujo o un nuevo barco. No sé a ese nivel qué les puede hacer más feliz a estos personajes, aunque en ocasiones no se cumple el no es más feliz el que más tiene si no el que menos necesita. Aunque las penas con dinero son menos penas, sobre todo si está la salud por medio y la educación y...

Luego están los que creemos que la felicidad te la da la gente que te quiere y quieres. La que tienes en tu vida. La que te ayuda y compartes lo bueno y lo malo. Una alegría o una penita. Estarán de acuerdo conmigo que no es lo mismo, ni lo mismo es desear estar solo, y vivir el placer de leer en soledad, que vivir la soledad obligada.

Cuando miras a tu alrededor y no ves, no tienes a nadie, debe ser tremendamente triste y doloroso sentirse solo. Estar solo. La felicidad completa no existe, o la tenemos a ratos. La vida es así. Está hecha a pedacitos, yo deseo que su cacho del pastel sea grande. Que lo saboree como si fuera el último que pueda pillar.

Degústelo con una sonrisa, aunque se le caigan las migajas por el borde de la boca. No pasa nada, ría en compañía. Viva los momentos, el aquí ahora es la felicidad. Es necesario, de obligado cumplimiento el pensar en ti para ayudar a los demás. Cuidarte tú sin olvidar al otro. Y así se extiende, y no es quimera, la felicidad.

Mis mejores deseos para todos. Brindo con ustedes por la salud y que el 2021 esté libre de virus. Que así sea.

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