La mejor vacuna contra el suicidio es una buena comunicación

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Profesor de la EASP. Médico especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública y Doctor en Medicina por la Universidad Autónoma de Barcelona.

"Ellxs no volverán".
"Ellxs no volverán".

Leí esta frase del titular en una guía de PAPAGENO. Me encantó. Y añadía: La evidencia científica nos dice que la forma en la que comunicamos importa y puede ser preventiva o causar efecto contagio.

Empiezo por alguien que me ha encantado desde que lo descubrí hace un tiempo: @occimorons. Mil gracias por todo. Y como dice: 10 de septiembre, día mundial de la prevención del suicidio

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A partir de ahí, busqué en twitter mensajes que me parecían interesantes sobre SUICIDIO y su prevención:

Empiezo por el testimonio de @SOSdemencias que ha hecho en un hilo: 

Aunque este hilo no llegue a muchas personas, me siento con la necesidad de decirlo: Soy SUPERVIVIENTE y SOBREVIVIENTE de #Suicidio. Superviviente, por mi madre. Sobreviviente, por mí. He pensado mucho y creo que, a estas alturas, es un imperativo personal que dé mi testimonio para dar visibilidad al Día Mundial para la Prevención del #Suicidio que se celebra este domingo. Sí. Unos días antes del 10 de septiembre. Esto sólo lo he contado a personas muy muy cercanas.

Varias me dieron la espalda porque: claro, cómo iban a estar con una “loca” o con una “suicida”? Qué pensarían de ellos? Alguien, incluso, me lo llegó a echar en cara en algún momento para echar por tierra alguna opinión.

Mi primer intento fue con 19 años (Agosto de 1997. En Septiembre empezaba Psicología). No voy a decir el método. Pero sí debo agradecer a los bomberos, policías y sanitarios que lograron acceder a mi casa y darme una segunda oportunidad.

Después de estar unos cuantos días en la UCI en coma inducido y en planta, NADIE me explicó qué había ocurrido. NADIE. Ni médicos ni familia. No sabía por qué estaba allí así que, entre la medicación y mi necesidad de comprender comenzaron los delirios.

Ahora me río por lo que llegué a pensar, por lo absurdo que era lo que creía. Pero necesitaba dar una explicación a lo que me estaba ocurriendo porque nadie me lo explicó. Recuerdo que la sujeción mecánica fue muy dura. Después, unidad de psiquiatría. Protocolo. Dos semanas. 

Un sitio donde me anularon como persona, infantilizado, sin tener intimidad y sin contar conmigo para nada, entre otras cosas, tratamientos, salidas, visitas…Tengo mil experiencias. Ninguna buena. Era otra época

Al alta comencé con una psicóloga de cuyo nombre no quiero acordarme. No diré la orientación pero lo único que aprendí fue a cómo no tratar a un paciente. Algo, por otra parte, muy importante. Mi segundo intento fue al poco del alta de la unidad de psiquiatría. En mi casa NUNCA hemos hablado del tema. Es un tema tabú. Si alguna vez había que decir algo al respecto se referían a “aquello que te pasó”. Intento de suicidio=aquello que te pasó… Creo que sintieron vergüenza. Mi tía me dijo que escribí una nota de despedida pero que no me la iba a enseñar nunca. Y así ha sido.

Había un montón de factores de riesgo que en casa pasaron desapercibidos. Pero también por mi parte. Y el desencadenante/precipitante fue una auténtica chorrada. Una auténtica chorrada que casi hace que pierda la vida. 

Mi vida, eso creía entonces, no merecía ser vivida: mis padres se separaron de malas formas cuando tenía 12 años, con 14 años a mi madre le dio un ACV y estuve viviendo más de un año con mi tía (a la que adoro) y mis primas (a las que también quiero la h0sti4).

Mi hermano fue a vivir con mis abuelos. No me hablaba con mi padre. En el cole me iba fatal. Dejé de estudiar. Repetí 2°BUP y COU. Mi madre volvió a casa en coma vegetativo. Vinieron mis abuelos a casa a vivir. Mi hermano se fue a vivir con mi padre. NADIE, NUNCA me preguntó cómo estaba ni si necesitaba algo. Es necesario salvaguardar la salud mental de los menores y de las personas en riesgo. Hace relativamente poco me preguntó alguien si lo volvería a hacer. Y pensándolo, si volviera atrás en las mismas mismas circunstancias, lo haría. Seguro. Porque nada habría cambiado. Pero, en cambio, si las contingencias cambiaran, seguramente no lo haría. 

La carrera fue otra etapa en mi vida. Gente nueva con la que sigo teniendo una gran amistad a pesar de no vernos todo lo que quisiéramos. Empecé a tener algo/alguien que me ataba a la vida.  La carrera me encantó. Empecé a sentirme capaz de algo. Poca gente creyó que lo conseguiría. Mi madre la única que apostó por mí. 

Perdí parte de infancia y adolescencia. Y a mi madre, dos veces. La 1ª, en 1992, cuando le estalló el aneurisma. La 2ª, en 2005, cuando se suicidó. Pero se fue suicidando poco a poco. Se dejó. No lo entendí entonces. Ahora puedo poner nombre a lo que hizo: Suicidio Silencioso. Pasé mi duelo. Pero, de nuevo, NUNCA se habló en casa. 

Hacer el Master en Prevención del Suicidio me revolvió bastante. Me costó no sólo en esfuerzo y tiempo. Sino a nivel personal. Pero me ha hecho entender muchas cosas. Poner nombre a lo que no lo tenía. Me abrió los ojos. 

Hablar del #suicidio en casa y que en casa se hable. Ayudar a desmitificar todo lo que engloba el tema del suicidio. Prevenir los factores de riesgo. Pero, sobre todo, potenciar los de protección. Me gustaría aportar mi granito de arena y que nadie pase lo que he pasado yo. A nivel personal y profesional siento la necesidad de apoyar en todo lo que pueda en la prevención del suicidio. No todos los que hacemos un intento tenemos un trastorno mental. El Suicidio es multicausal y no sabéis lo que me revienta cada vez que su señoría la OMS dice que el 90% de las personas que se suicidan o lo intentan tenían un trastorno mental.

Es más fácil así, no? Nos quita culpa al resto, a los que nos quedamos. “Es que estaba deprimido…”. Por todo esto, el Día Mundial para la Prevención del Suicidio es imprescindible al igual que la aprobación de un Plan Nacional de Prevención del Suicidio. 

Con todo esto, quizás haya gente, incluso profesionales que me vuelvan a dar la espalda al enterarse de esto que he contado. Pero esto me impulsa a seguir trabajando en la Prevención. Porque queda mucho, mucho por hacer.

Algún día se lo contaré a mis hijas. No sé cuándo. Pero algún día. Cuando ellas estén preparadas. Cuando yo también esté preparada. Y, a pesar de todo, esta soy yo: madre, psicóloga, superviviente y sobreviviente del #Suicidio y anclada a la vida. Y brindo por ello, joder 

Y a partir de ahí leo comentarios de diversa gente que me parecen de interés: @PacientSemergen: Esencial hablar sobre el #suicidio con responsabilidad y sensibilidad

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@JMporKiraLopez: 10 de septiembre se celebra el Día Mundial para la Prevención del Suicidio coincidiendo con la vuelta al cole de millones de niños en España pero ELLXS NO VOLVERÁN  porque el acoso escolar y otras violencias escolares matan.

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@PabloLinde: Los expertos recomiendan hablar sobre el suicidio, no minimizar expresiones como ‘no sé qué hago aquí' o ‘no puedo más’ y estar atentos a señales de alarma, como un mayor aislamiento, dejadez física y conductas de riesgo

@consaludmental:  Más de 4.000 muertes al año 

 "Sabemos que la vida arraiga a la menor oportunidad, y lo que antes era  un camino de oscuridad ahora puede ser un paisaje de belleza y bienestar, que merece ser descubierto".

 Porque el #suicidio se puede prevenir y necesitamos medidas efectivas el Comité Pro #SaludMental en Primera Persona y la Red Estatal de Mujeres comparten sus reivindicaciones en el manifiesto #ConectaConLaVida #DíaMundialPrevenciónSuicidio.

@JediSanfermin: En el Día Mundial para la Prevención del Suicidio sin nada que celebrar, una media de 11 personas deciden quitarse la vida cada día

@poetricus2: "La leyenda de la NFL de los New York Giants, Mark Bávaro, revela que contempló el suicidio mientras luchaba contra un caso debilitante de Long Covid... y admite que estaba "rezando" para tener un ataque cardíaco".

Y como dice @pilarpjpc: Seguir pensando que el suicidio es algo únicamente de índole mental o sanitaria es no entender realmente nada de la conducta suicida, ya que también se trata de algo social que nos incumbe a todos y, por ello, no podemos mirar hacia otro lado.

O también @VirginiaLoveM: El suicidio no es algo exclusivo de salud mental, es una urgencia social y como tal debemos abordarla.

Ojalá mañana, en el día mundial para la prevención del suicidio, las voces vayan en esta dirección.

Y como dice @Tancerca_: Hoy estoy un poco triste, ha venido por primera vez una paciente, porque se acaba de enterar de que su hermana mayor se suicidó hace años y a ella le habían dicho sus padres que murió por otra causa.

No es ninguna vergüenza, el suicidio, no hay que ocultarlo, ni la enfermedad mental. Todos estamos en el mismo barco y aún hay que remar mucho.

No añadáis más sufrimiento innecesario. Es más, está más que comprobado que preguntar y hablar sobre las ideaciones suicidas mejoran al paciente. 

Pensar no es hacer, y hablar no provoca que se haga realidad, al contrario.

Lo que sí es perjudicial es el silencio y hacer como si no existiera. 

Hablar no garantiza el éxito en todos los casos, pero sí en muchos. Y eso es muy importante.

Hablemos con normalidad y hagamos de este mundo un lugar menos enfermo⚘

Termino con @flor_silvetti que dice: Septiembre es el mes de la prevención del suicidio y yo tengo tantas cosas para decir,pero simplemente voy a agradecer a quienes me ayudaron siempre a salir adelante, y a la vida por permitirme seguir hoy acá luchando contra todo.Hay cosas que quedan marcadas y jamás se olvidan

Y como dice mi buen amigo @UPII_Ciceron: “Las acciones que facilitan espacios públicos donde la gente puede compartir actividades de ocio y de tiempo libre ayudan a prevenir el suicidio, ya que contribuyen a que muchas personas dejen de sentirse solas”.

Hablemos. 

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