Los incendios forestales son nocivos para la salud

La ONU ha avisado de que “mientras el planeta siga calentándose, aumentarán los incendios forestales y la contaminación que conllevan, lo que impactará en el bienestar de las personas

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Profesor de la EASP. Médico especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública y Doctor en Medicina por la Universidad Autónoma de Barcelona.

Un bombero en uno de los incendios forestales recientes, en El Puerto.
Un bombero en uno de los incendios forestales recientes, en El Puerto. MAURI BUHIGAS

Los incendios forestales constituyen un problema de salud pública ya que conllevan aumentos de ingresos en hospitales por problemas respiratorios, sobre todo en neonatos o pacientes con asma. Y además se sabe que el aumento de incendios supondrá un incremento en las muertes tanto de forma directa por los incendios como indirecta por una peor calidad del aire.

La ONU ha avisado de que “mientras el planeta siga calentándose, aumentarán los incendios forestales y la contaminación que conllevan, lo que impactará en el "bienestar de las personas”. Entre uno y diez días después de que se produzca un incendio forestal aumenta la mortalidad por enfermedades cardiovasculares y respiratorias, incluso en lugares que pueden estar alejados a cientos de kilómetros. 

Durante los recientes fuegos en el triángulo Cádiz-Huelva-Sevilla, se han superado los parámetros de la OMS sobre calidad del aire, hasta entre tres y siete veces. Los gases y aerosoles que se producen en los incendios forestales son transportados en la atmósfera desde su lugar de origen, conducidos por la dirección del viento y otras variables meteorológicas, produciendo impactos no solo sobre los ecosistemas locales, sino sobre la salud y seguridad de población más lejana. Sabemos que la química del humo de los incendios forestales cambia y cuanto más tiempo esté en la atmósfera, más se alterará cuando el humo se propaga a grandes distancias.

Es probable que los incendios forestales sean cada vez más frecuentes en el contexto del cambio climático. Y el humo de los incendios forestales está compuesto por una mezcla de gases y partículas pequeñas emanadas por la vegetación y otros materiales al quemarse. Respirarlo puede tener efectos nocivos en la salud. En 2021, la revista The Lancet Planetary Health publicó el primer estudio a nivel global que analizaba la relación entre las condiciones diarias de la dispersión de partículas finas de los incendios forestales y los datos de mortalidad de 749 ciudades de 43 países entre los años 2000 y 2016. El trabajo concluyó que cada año se produjeron más de 3.500 muertes en todo el mundo atribuibles a esta contaminación. En España, indicaba que habían fallecido 234 personas.

Varios estudios asocian los incendios forestales con un aumento de las consultas en los servicios de urgencias por problemas respiratorios. Por ejemplo, una investigación publicada en la revista Respirology indicó que la exposición a partículas finas durante un largo periodo de incendios forestales entre 2006 y 2007 en Australia provocó un incremento de las visitas a los servicios de urgencias por casos de asma. El humo también puede agravar las enfermedades cardíacas y pulmonares crónicas. De hecho, los bomberos forestales tienen un mayor riesgo de mortalidad por cáncer de pulmón y enfermedades cardiovasculares, según un estudio publicado en la revista Environmental Research.

Es necesario pretender que se consideren los incendios forestales como una parte más de la ecuación regida por el cambio climático. Si tenemos una ola de calor, que además está influenciada por la entrada de polvo del Sáhara, que aumenta las partículas en la atmósfera, y además tienes un incendio, vamos a ver un impacto en la salud que tiene que ver con muchas causas.

Es verdad que casi todo puede ser nocivo a una dosis determinada. Por lo general, las células de los pulmones llamadas macrófagos alveolares recogen las partículas y las eliminan, a dosis razonables. Es cuando el sistema se ve desbordado cuando se puede tener un problema. Un posible riesgo es que el humo puede suprimir la función de los macrófagos, alterándola lo suficiente como para que uno se vuelva más susceptible a las infecciones respiratorias. El estrés de una respuesta inflamatoria también puede agravar los problemas de salud existentes. 

Lo más probable es que, si alguien es una persona sana, dar un paseo en bici o hacer senderismo con poca niebla no sea un gran problema y su cuerpo pueda recuperarse. Sin embargo, si lo hace todos los días durante un mes en medio del humo de un incendio forestal, la situación es más preocupante. 

En definitiva, la OMS considera la contaminación del aire como una de las mayores amenazas medioambientales para la salud humana. Y entre ellos, los incendios forestales son un problema importante de salud pública, que no podemos minimizar.

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