Cartel de alquiler.
Cartel de alquiler.

Todos los turistas quieren pasear por las calles del centro, estrechas y diseñadas para otros menesteres. Venir a Cádiz está de moda, aunque no los gaditanos, que están siendo desalojados de su ciudad en un proceso lento, silencioso y corrosivo.

Una pareja debe dedicar el 60% de sus ingresos a pagar la vivienda, a menudo dos habitaciones, y los alquileres son inasumibles para los pensionistas. Los jóvenes se van y cada vez quedan menos mayores. Pronto, los turistas tendrán difícil encontrar a un vecino.

¿Qué está pasando? Pues que el cambio de uso de la vivienda tradicional a vivienda de uso turístico o con fines turísticos (VUT o VFT) está cambiando la ciudad.

¿Es culpa del turismo? Al menos es una de las causas. Hace años se vio el turismo como una solución a los males endémicos de la ciudad: venía gente, llegaba dinero, se creó empleo -precario- y ayudó a la rehabilitación urbana. Pero rompió el equilibrio entre alojamientos turísticos y casas de alquiler permanente, originando un grave problema en los barrios del centro.

La codicia de los propietarios, el disparatado modelo productivo que propone el sector turístico y gruesos errores en política urbanística ofrecen hoy el horror de una ciudad avasallada. Además, el tránsito de cruceros tan celebrado -“cuanto más mejor”- trae a mucha gente, pero deja poco valor añadido en la ciudad. Toma el dinero y corre.

El sector turístico y sus aliados naturales aplauden estecuanto más mejor”, pero cierran los ojos a la lenta deriva de una ciudad que corre el riesgo de convertirse en un hueco decorado zarzuelero. Falta visión a largo plazo.

 Pero aún estamos a tiempo. El Equipo de Gobierno Municipal quiere restringir o regular los alojamientos turísticos (no prohibirlos, como se objeta de forma maliciosa) para armonizar turismo y vida ciudadana. Y no convertirnos en otra Venecia, vacía y sin vecinos, en manos de las hordas turísticas.

 Otras ciudades ya lo intentan. Lisboa, también Berlín. Cada una a su manera.

  Aquí también hay soluciones.

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