Tal como éramos. FOTO: CÉSAR LUCAS
Tal como éramos. FOTO: CÉSAR LUCAS

Fue un tiempo raro: África soñaba con ser bailarina; Nico sólo anhelaba salir de las estrecheces de su barrio obrero; Rosy quería tener muchos hijos y vivir en el campo y Paco se conformaba con ir esquivando las pedradas que tira la vida.

Eran casi unos niños en 1978, y se erguía una esperanza nueva sobre los escombros del franquismo. Se estaba construyendo, se decía, un nuevo país. La Constitución, el Rey, la democracia, habla pueblo habla… todo era nuevo y brillaba a la luz de la inquietud política. Libertad sin ira: la amnesia como una virtud, sin mirar al pasado. Adelante a toda costa.

Hoy, África, Rosy, Nico y Paco siguen siendo ellos mismos, pero ya no tratan de cambiar el mundo, se conforman con entenderlo. Se ocupan de asuntos humanos, su casa, la piel, la intimidad, lo viejo, lo nuevo y sus propios secretos. Ya no viajarán por el cosmos, no verán estrellas de neutrones, ni rayos C brillando en la oscuridad en la Puerta de Tannhäuser. Bastante tienen con envejecer con dignidad y preocuparse por el mundo que dejarán a sus hijos y nietos.

África no fue bailarina, sino maestra, porque tiene corazón de maestra; Nico salió de su barrio obrero, pero en su trabajo ve cada día las tribulaciones de los que no tienen nada; Rosy no vive en el campo, sino en la calle Cristóbal Colón y Paco ya mira con desdén las pedradas que tira el destino. Se reúnen, comen, beben, ríen, discuten, recuerdan y a veces bailan, demandando el afecto de los demás. Así se sienten menos vulnerables.

Pero en aquel país que iba a cambiar, los grandes apellidos del pasado siguen teniendo hoy el mismo poder (¿será eterno?). Son los mismos que insultaban y votaban en contra de la Constitución. Hoy, esa misma Constitución mantiene intactos sus privilegios; uno de ellos es la impunidad. Echan de menos a un rey al que insultaban y despreciaban, hoy es El Emérito, “adorable y benéfico”. Aunque ha mostrado su verdadera cara y más bien sea El Emético. Hoy, como entonces, envueltos en banderas ya constitucionales, persiguen que algo cambie para que nada cambie.

Sin embargo, África, Nico, Rosy y Paco, sin aspavientos, siguen buscando la verdad y la justicia.

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