'Babuchismo'

La hiperrealidad de lo inmediato ocupa todo y nosotros, estúpidas gallinas ponedoras, seguimos consumiendo pienso mientras la luz esté encendida

JOSE PETTENGHI ARTICULO

Biólogo y profesor.

Doñana, afectada por la sequía, un tema que se ha convertido clave en la política nacional.
Doñana, afectada por la sequía, un tema que se ha convertido clave en la política nacional. WWF

No mires más allá de lo que te dejan mirar, no te preguntes nada, no dudes, no pienses… Todo vale, la hiperrealidad de lo inmediato ocupa todo y nosotros, estúpidas gallinas ponedoras, seguimos consumiendo pienso mientras la luz esté encendida.

Así, el cambio climático no supone más que discretas molestias: un poco más de calor en verano y algo más de frío en invierno. ¿Y qué? Sigamos consumiendo como posesos, sin mirar, ignorando que vivimos en la antesala del colapso -más bien suicidio- colectivo. Y cuando oigas hablar del cambio climático debes poner cara de que eso no va contigo, que es cosa de cuatro chalaos que disfrutan dando malas noticias. Con lo bien que estamos.

Que Doñana se ha secado, bueno ¿y qué? Venga césped bien regado y piscinas y consumo desaforado de agua en Matalascañas, a tiro de piedra del Parque Nacional. Y los regantes, con las buenas migas que hacían con los capos de la derecha andaluza, que se manifestaban juntos, riéndoles las gracias de los pozos ilegales. ¿Qué pasa? En mi babuchismo mando yo.

Que dicen los científicos que en un futuro no tan lejano no habrá agua potable para todos y las grandes corporaciones nos harán pagar por ella. ¿Y qué? Los científicos y los ecologistas son unos cenizos, ¿o es que no ven que hoy está lloviendo? Unos mamarrachos. Si ya lo dice la Junta de Andalucía: es que faltan subvenciones a las empresas por parte del gobierno social-comunista. La culpa de la falta de agua es de Pedro Sánchez. El cuento de Caperucita contado por el lobo.

A mí que me dejen, con esta pena tan grande que tengo por la muerte de la reina de Inglaterra. Mi babuchismo y yo.

Una pena muy próxima al servilismo cateto, con aspavientos falsunos, banderas a media asta, lutos exagerados y lágrimas de cocodrilo de plexiglás.

Da igual, nuestro pintoresco babuchismo nos hace creer que cualquiera vale para cualquier cosa. Mira el concursante de Gran Hermano que se presenta para alcalde de Cádiz. Una pantomima en formato Sálvame. Y le damos carrete a un tipo que, preguntado acerca de las soluciones a los problemas de Cádiz, responde: “Más turismo”.

¿Cómo hacen para que la gente viva en el babuchismo y no le importe? Un misterio.

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