¿Quién se parece más a Leo, Mariano Rajoy o Pedro Sánchez?
Lo que para muchos es un ‘bluff’, para otros es una obra maestra. Colocándome en el aristotélico justo medio de los extremos, aunque tirando más para la zona de elogios, me posiciono ante ‘El renacido’, sobre todo por la originalidad, el uso narrativo del paisaje, la impresionante fotografía y la actuación de DiCaprio, que parece ser algo en lo que todo el mundo coincide. Como no es éste espacio para críticas cinematográficas, lo que no puedo es evitar la comparación entre el descenso a los infiernos del oscarizado actor y los protagonistas de la política española.
Aunque no lo tengo muy claro: ¿Quién se parece más a Leo, Mariano Rajoy o Pedro Sánchez? Cuántas veces los hemos dado por muertos a ambos, que parecen tener más vidas que un gato. Cualquiera podría soltar aquello de “no tengo miedo de morir; eso ya me ha pasado”. Los dos han sufrido el abrazo del oso -¿lo pillan?- de su propio partido para posteriormente recibir flechas de los indios, ser víctimas del fuego amigo y ajeno, despeñarse por los senderos poselectorales, etc.
¿Acaso cual Tom Hardy y DiCaprio, tanto monta, solo puede quedar uno? A estas alturas de la película, lo que sí parece claro es que los votantes nos hemos hartado un poco y vamos prestando menos atención a los acontecimientos, como ocurre en la cinta de Iñárritu cuando sobrepasa las dos horas. El desfile de indios y vaqueros, podemitas y ciudadanos, también comienza a aburrir, porque ya todo el mundo parece dar por sentado que tendremos que asistir de nuevo a las salas a ver la continuación.
Imagínense, por mucho que les haya gustado ‘The revenant’ –el ‘revenío’ si trasladamos el escenario a Moncloa- que a los pocos meses de acabar se estrena la segunda parte. El problema es que el guion no promete muchas variaciones. Solo uno se mantendrá en pie mientras el otro se queda al otro lado del río esperando a que los indios le corten la cabellera: “La venganza está en las manos de Dios, no en las mías”.
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