El paro en Jerez: dos visiones de la realidad

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Periodista, licenciado en Comunicación por la Universidad de Sevilla, experto en Urbanismo en el Instituto de Práctica Empresarial (IPE). Desde 2014 soy socio fundador y director de lavozdelsur.es. Antes en Grupo Joly. Soy miembro de número de la Cátedra de Flamencología; hice la dramaturgia del espectáculo 'Soníos negros', de la Cía. María del Mar Moreno; colaboro en Guía Repsol; y coordino la comunicación de la Asociación de Festivales Flamencos. Primer premio de la XXIV edición del 'Premio de Periodismo Luis Portero', que organiza la Consejería de Salud y Familias de la Junta de Andalucía. Accésit del Premio de Periodismo Social Antonio Ortega. Socio de la Asociación de la Prensa de Cádiz (APC) y de la Federación Española de Periodistas (FAPE).

Una oficina del SAE. FOTO: MANU GARCÍA
Una oficina del SAE. FOTO: MANU GARCÍA

El último día del pasado año, Diario de Jerez publicaba una entrevista con la alcaldesa, María José García-Pelayo, en la que ésta aseguraba, a propósito de la sangría laboral que sufre el municipio: "Los jerezanos no debemos flagelarnos pensando que nuestra situación es peor que la de otros. El paro es un problema de todo el país pero está claro que Jerez está en mejor posición que otros para salir adelante porque tiene una marca y un potencial económico. Los datos de desempleo van mejorando poco a poco aunque nunca lanzaré las campanas al vuelo, tampoco nos vamos a resignar". En ese momento, el año se cerraba en la ciudad con 1.361 desempleados menos que el ejercicio anterior, dato positivo que, unido al discurso machacón del Gobierno de Rajoy de que la recuperación era un hecho, hizo a la regidora ser moderadamente optimista en ese balance de 2014. A costa, eso sí, de obviar que desde que gobierna la ciudad -junio de 2011- hay unos 5.000 parados y paradas más, y que no ha logrado traer ni una sola inversión industrial o de otro tipo con cierta enjundia en todo este tiempo.

Llegó el año nuevo y, con él, la temporada baja. Enero y febrero acarrearon más de un millar de nuevos parados y las expectativas de crear tendencia se destruyeron. El terreno recorrido en 2014 prácticamente se desandaba. Ha sido llegar marzo, y con él la Semana Santa, y de nuevo el empleo repunta en la ciudad. Que nadie se llame a engaños. Es el espejismo de cada año. La temporalidad absoluta (contratos de apenas diez días) y la precariedad más alarmante (rozando la explotación laboral más deleznable) se esconden tras el dato positivo de marzo. Se supone que abril y mayo también serán buenos. Y poco más. ¿A eso aspira Jerez? Nadie puede consolarse con el socorrido discurso de 'mejor es eso que nada', cuando la cruda realidad, denuncian organizaciones no gubernamentales nada sospechosas como Cáritas, insiste en que dos de cada diez trabajadores ya necesita acudir a la beneficencia para que en su casa se coma caliente. Es una nueva clase social en nuestro país y ya se le conoce como la de 'trabajadores pobres'.

La situación de Jerez es mucho peor "que la de otros": la tasa de paro es igual a la de la franja de Gaza, por ejemplo, y las cifras ya eran escandalosas antes de estallar la crisis

Volviendo al punto de partida, las declaraciones efectuadas en la prensa local hace un trimestre por Pelayo, no pueden más que desmentirse por la sencilla razón de que a) la situación de Jerez es mucho peor "que la de otros" (la tasa de paro es igual a la de la franja de Gaza, como resaltaba hace poco el medio digital Ctxt.es, y las cifras ya eran escandalosas antes de estallar la crisis por una galopante desertización industrial); y b) la ciudad no está "en mejor posición que otros" para salir adelante. No está demostrado empíricamente cuánto vale en el exterior eso que llaman 'Marca Jerez' en estos momentos y, sobre todo, la ciudad no está preparada porque el gobierno local, en lo que forma parte de sus competencias en este terreno -facilitar en lo posible los trámites, la llegada de inversiones y el trabajo interinstitucional-, ha hecho dejación absoluta de funciones en esta legislatura, en parte por guerras partidistas estériles.

El ejecutivo de Pelayo puede argumentar que ha propiciado cierta estabilidad, o calma chicha -ahí está a la vuelta de la esquina un nuevo conflicto en Urbaser-, en materia de ruido mediático y conflictividad tras llevar al lodo a la ciudad y a cientos de trabajadores en la primera parte de la legislatura. Por lo demás, no solo se han ajusticiado proyectos de ciudad clave (PCTA con la salida de la Junta y la disolución de la sociedad gestora, abandono del proyecto de la Ciudad del Flamenco...) sino que no se ha avanzado nada en algo esencial como es la urbanización o puesta en carga de nuevos suelos óptimos para atraer inversiones productivas. Así lo volvía a denunciar en una entrevista con este medio el presidente de los empresarios en la provincia, Javier Sánchez Rojas, y así lo reclamaba la propia Pelayo cuando estaba en la oposición en legislaturas anteriores.

Todo el mundo tiene ganas de noticias positivas, de datos esperanzadores, el político no quiere que la realidad le estropee un buen titular a 50 días para las elecciones municipales. La calle dice otra cosa: el trabajo es precario y fugaz, las condiciones miserables y el Banco de Alimentos sigue sin dar abasto. Aun así, Pelayo anima a no flagelarnos. "¿Cuál es el problema de los parados, qué no tienen trabajo? No. Que son unos pesimistas", ironizaba El Gran Wyoming en el programa El Intermedio a raíz de unas declaraciones idénticas de la alcaldesa, en octubre de 2012, en el espacio El gato al agua de la desaparecida cadena ultraconservadora Intereconomía. En aquella ocasión, la también senadora repetía el mismo discurso que recientemente, como remedio milagroso para todo: "Sinceramente lo que quiero es lanzar un mensaje de tranquilidad a los ciudadanos (...) lo importante es que hay un Gobierno de España que está trabajando para que quien acierte sean los que estamos en clave positiva, que las cosas tienen que ir mejor. Lo que no podemos es estar siempre flagelándonos y siempre diciendo que todo va a ir mal, todo va a ir mal, porque así todo irá mal". En abril de 2010, en la oposición y con 28.720 parados en Jerez -ahora hay 34.299-, Pelayo aseguraba tras la bajada de cada año por estas fechas: "Habrá que ver cuál es la tendencia, parece que ha aumentado el número de cursos para los parados y por eso baja el desempleo". ¿Cuál es la realidad que conocen ahora? Está por ver con qué versión de la realidad se quedan los jerezanos y jerezanas el próximo 24 de mayo.

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