Pedro Pacheco Herrera, Don Pedro, el "Inmatable", el eterno alcalde de Jerez. Seguro que a la mayoría todo esto le suena a vetusto, a aburrido, a agua pasada.
Pedro Pacheco Herrera, Don Pedro, el "Inmatable", el eterno alcalde de Jerez. Seguro que a la mayoría todo esto le suena a vetusto, a aburrido, a agua pasada. Estas palabras mágicas antes movían montañas, las agencias de noticias se pegaban por su última ocurrencia, los periodistas le llamaban máquina de disparar titulares y la gente se pegaba codazos por la calle si cruzaba por la acera paralela. ¿Quién iba a decir que tras un solo año en prisión su nombre ya no duele ni a sus enemigos, como un ex cuyo recuerdo no guarda ninguna espina?
Me hacía esta reflexión cuando viniendo de una ciudad cercana el otro día, contemplaba Jerez desde el coche en toda su extensión, una ciudad cuya arquitectura, cuya fisonomía antes iba en mis pensamientos -seguro que no soy el único- indisolublemente unida a una persona. También me vino a la mente tras el final de Boardwalk Empire, una serie producida por Scorsese cuyo protagonista, Nucky Thompson (aviso, van spoilers), es literalmente borrado de Atlantic City, la misma ciudad que le debía -al menos eso pensaba él- todo.
Las mismas fuerzas que se sirvieron de él cuando le necesitaron para transformar la urbe (juzguen ustedes de quién de los dos hablo) urdieron un complot para derribarle cuando su engreimiento llegó demasiado lejos y se les fue de las manos. Antes estaba en todo, como en la canción de Silvio Rodríguez: en todos los segundos, en todas las visiones... Ahora no tiene ni una estatua, ni una calle que le recuerde, por no hablar del imaginario colectivo. ¿Pensará también él eso a lo lejos, cuando desde los barrotes en la carretera que va hacia Rota contemple en lontananza la ciudad que creyó era suya? Sólo ha pasado un año y yo, como siempre, llego tarde. Y escribo este artículo cuando ya no interesa a nadie
Comentarios