FOTO: Instragram de NTMEP
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La gente más peligrosa, en estos momentos es la que en nombre de la concordia, la moderación, la paz, el todos son iguales, el sólo hacen mangar, yo no voto o que antepone la patria a la aplicación de la constitución en materia de educación, trabajo, vivienda y sanidad son los que te invitan a que te instales en la modorra social y la concordia y entierres tú opinión. Te ponen el estigma de radical y de reiterativo en las redes.  Eres el amigo pesado y vehemente.

Están de moda cosas muy peligrosas: la equiparación y creer que el ser humano está condenado por el mero hecho de serlo. Equiparación en los polos donde, por ejemplo, Alberto Garzón puede estar en una lista de fotos con Torra como gente anti consenso, anti paz social y que sólo quiere desmantelar el estado del bienestar. Está de notable actualidad aplicar la palabra populismo a las medidas que quieren que los ricos paguen más. Y mucho más que un mileurista se identifique con Amancio Ortega, que está en su derecho de donar pero más en la obligación de pagar más y no lo hace, presuntamente, a tiempo y como debería.

Cada vez lo advierto con más claridad, son personas que habitarían en una dictadura militar sin problemas y que se irían a la cama a roncar. Haciéndose, gustosamente, el invisible en ella sin problemas. Se instalarían en el mantra de " lo que hay es lo que hay" sin revisar los motivos ni la relación histórica de los hechos. Es un momento malo para los críticos. La palabra intolerante te la escriben en un brazalete y te acusan de dejar por el camino a amigos que son buenos por tus obsesiones compulsivas de la maldita política.

Política es todo, en el momento que tienes en la cabeza como han de pagarte o como deben tratar en una escuela a tus hijos o en la biblioteca del barrio. A veces pienso que la paz sin justicia no es paz. Y que se pueden tener en la mochila a personas con diferentes gustos pero no con valores que atentan en contra de los derechos del ser humano. Y Dios me libre de ir de perfecto o ser ejemplar, soy un ignorante y no lo digo con falsa modestia. Vivir en un sistema competitivo y no cooperativo te hace ser malvado para sobrevivir. En diferentes escalas de maldad, por supuesto. Ideologías hay muchas, es evidente. Y hemos de ser tolerantes con el liberalismo, con los enfoques conservadores en la economía o la sociedad si están dentro del respeto y el mantenimiento de la cohesión social. Pero ésto se esta yendo de madre.

No por querer que todos piensen como yo, sería una opción totalitarista y terrorífica. Pero es momento, como dijo Jesús, de huir de la tibieza, camuflada de ignorancia y malas ideas. Que hay mucha, como traumas mal resueltos y un desconocimiento de la palabra democracia atroz. No te sientas mal si ya eres de los excluidos, pesados o los que han dedicado una vida entera a la lectura y el estudio, no es mi caso, y eso te está penalizando. Porque está ocurriendo, salvo que te aferres a una endogamia que te refuerce con amor. Por cierto, tildada de palmeros por envidiosos que carecen de ninguna habilidad artística y sólo ven productivo lo que se manufactura con las manos. No huelen lo abstracto o lo realmente importante de la vida. No desfallezcan, es el momento de lucha. Con las armas que dispongan y sobre todo con los actos. No se desvirtúen a favor de una falsa paz porque lo que fue, ha sido y será el motor del cambio: la bondad, la solidaridad y la cultura. Seguirán siendo lo más importante.

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