Don Iñaki, el indignado

El noble nos pone carita de indignado cuando la prensa, ahora más libre que nunca, difunde y opina en libertad sobre su manera de actuar

Infanta Cristina e Iñaki Urdangarin en una foto de archivo.
Infanta Cristina e Iñaki Urdangarin en una foto de archivo. EUROPA PRESS

Lo que indigna a Iñaqui Urdangarín no es su falta de íntimidad, con esas educadas formas de duque y niño de papá, en quince días estará del todo tranquilo, ya verán. Lo que a estos personajes les pasa por costumbre es que siempre han estado tapados para poner cuernos, robar, que sus hijas aborten en magníficas condiciones, no pagar bien a los trabajadores, tener a jueces prevaricadores y afines, a los militares, la policía, la prensa callada y a la sociedad civil entregada en un servilismo ciego sin ser nunca juzgados, salvo de puertas para adentro. 

El tipo, en cuestión, también va a misa, cosa legítima, allí evidentemente encuentra el perdón dominical, ya saben, ese binomio Iglesia y monarquía tan productivo para sus negocios.

Poner los cuernos a la parienta, o el pariente a nosotros, sus esbirros, nos sale muy caro. Cosa que no defiendo por ser algo desleal, pero éstos han tenido putas y putos tratados como carne barata (a veces bastante caros) y de desperdicio desde siempre.

Este tipo, ojo, robó pasta, utilizando incluso una asociación para discapacitados. Sí, pueden comprobarlo. Pero el noble nos pone carita de indignado cuando la prensa, ahora más libre que nunca, difunde y opina en libertad sobre su manera de actuar. Por cierto, en una institución que para sobrevivir debe resaltar las bondades y la moralidad del Antiguo régimen y la abnegada y maravillosa adulación a estos parásitos. Lo de Monarquía o República lo dejaremos a criterio de cada uno, en ambas pueden darse situaciones de tiranía y se pueden cambiar a unos caudillos por otros.

En fin, la que no sabía nada de nada y el ladrón dejan de ser pareja. Si en este país, tras la que ha liado el campechano, el de los mil perdones, cobijado en un país nauseabundo y tirano con los derechos fundamentales del ser humano y las distintas frivolidades y delitos de sus yernos, hijas y nietos no se ha planteado ya la cuestión republicana: no se hagan ilusiones. Tenemos reyes para largo.

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