Lo suyo sería comenzar este artículo diciendo que es lógico que la Policía Nacional mantenga algún tipo de dependencia en el centro de Jerez cuando se marche a las nuevas instalaciones de la avenida de Arcos… y a otra cosa, mariposa, ir a la playa o salir a tomar unas cervecitas, pero claro, un artículo estándar no puede ser poco más que un haiku japonés.
Veamos… es un tema que se está planteando en tiempo y forma. Aunque será con toda probabilidad a lo largo de 2019 cuando acaben las obras, aún no hay una fecha cerrada para el traslado de la Policía a las nuevas instalaciones de la avenida de Arcos, y vecinos y comerciantes del centro se han organizado ya en una plataforma bajo esta reivindicación e incluso le han trasladado recientemente dicha demanda —que el centro cuente con una comisaría de distrito— al nuevo subdelegado del Gobierno en la provincia, José Antonio Pacheco. Además lo han hecho aportando soluciones, como que dichas dependencias podrían ubicarse en el remozado antiguo cuartel de San Agustín.
Veremos a ver qué ocurre. Por ahora ha trascendido la buena acogida de esta iniciativa en Subdelegación y es evidente que hay tiempo por delante para estudiar cómo hacerla efectiva.
Lo cierto es que la marcha de la comisaría es un tema con muchas aristas. Más allá de la seguridad, lo cierto es que la comisaría mueve a diario a cientos de personas que van a hacer distintos trámites y de eso —además de la propia presencia de los funcionarios— se beneficia el comercio y la hostelería de una zona en general bastante deprimida, como es el Arroyo, para el que este desplazamiento va a suponer un duro varapalo.
Han surgido distintas opciones sobre nuevos usos para el edificio que actualmente alberga la comisaría —Palacio de los Condes de Puerto Hermoso— pero ninguna de ellas sería inmediata. La más ambiciosa sería la de su habilitación para convertirse en un parador de turismo, propuesta lanzada por IU y que ha hecho suya el Clúster Turístico Destino Jerez, pero siendo optimistas estaríamos hablando de cuatro o cinco años (negociaciones entre Ayuntamiento y Paradores Nacionales, acuerdo, redacción del proyecto de rehabilitación, reforma y adecuación, ejecución de las obras, etc)… demasiado tiempo para el Arroyo, que a corto plazo tendrá que apostar su futuro a la reforma emprendida en la propia zona a fin de aumentar las zonas peatonales y en las cercana oferta turística y cultural ligada al mundo del flamenco que se va a a desarrollar a su espalda.
Al final, había para algo más que para un haiku…
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