A cualquiera que se le pregunte quién ganó las elecciones en Portugal lo tendrá claro, y que la ultraderecha avanza muy peligrosamente. Con los detalles, sin embargo, estará menos claro. Que ganó el centro derecha, pero sin mayoría suficiente, y que los socialistas consiguieron el segundo puesto. Por cierto, en Rumanía perdió las elecciones el candidato ultraderechista y antieuropeo. En Polonia ganó la primera vuelta el liberal moderado: habrá segunda.
A cualquiera que se le pregunte, aquí o en Argentina, quién ganó las elecciones de ayer, lo tendrá claro: Milei. Los detalles: Milei no se presentaba, sino su vocero irónico, cínico y torcedor de palabras. Las elecciones eran legislativas de la Ciudad Estado de Buenos Aires (CABA), donde a pesar del voto obligatorio solo votó el 53,4%. Adorni salió a celebrar su propio triunfo afirmando que lo habían apoyado un millón de porteños: lo votaron 495.069. Milei, que llegó al estrado desatado como un verdadero energúmeno, todo hipérbole, salía a celebrar una victoria que es mucho más chica de lo que pudiera parecer. Las elecciones legislativas van separadas de la de gobernador.
Sí, Milei se ha convertido en el jefe de la derecha porteña, en su batalla personal contra Mauricio Macri, pero ni de lejos de toda la derecha argentina. Hace dos semanas hubo elecciones en cuatro provincias argentinas, Salta, San Luis, Jujuy y Chaco. Milei cosechó magros resultados.
En Buenos Aires, La Libertad Avanza salió anoche a berrear su triunfo, con el 30% de los votos ganados: un triunfo magro, teniendo en cuenta, además, que Adorni recibió el apoyo completo de todo el Gobierno nacional, con Milei a la cabeza. Unas elecciones en las que solo Santoro (peronista) y Larreta hicieron campaña con temas de la ciudad. Especialmente, el partido del presidente Milei utilizó las legislativas porteñas como un plebiscito a su política económica, lo cual quedó también truncado y por ellos mismos, y los datos, demostrado. Le arrebató, únicamente, el cetro de cónsul de la derecha a Mauricio Macri, pero la derecha antimileísta está ahora perfectamente definida.
Los datos dicen que Santoro y su fuerza suman, en la Legislatura porteña, 20 bancas y Milei 14. Importa mucho porque la ciudad de Buenos Aires no es nada peronista o más bien antiperonista, el demonio que Milei y los suyos agitaron toda la campaña, además de sacudirle a Macri de todas las formas imaginables e inimaginables. A Santoro, en ese contexto, no le hizo bien que las encuestas le dieran ganaron, lo que movilizó, con seguridad, voto antiperonista.
El voto antimileísta no hubiera estado presente, sino la abstención y el 2% de voto en blanco, dado que los hartos empobrecidos por las políticas económicas de Milei no lo hubieran podido derrotar porque no se presentaba. En definitiva, la victoria anunciada ayer por el propio Milei, con todo su Gobierno en pleno, no fue otra cosa que una performance con muchos rugidos para seguir sosteniendo un sombrajo cada vez más frágil. Y los palos de ese sombrajo quedaron al descubierto con la llamada, un tanto especial, a subirse al carro de La Libertad Avanza. Desde el principio, Milei ganó unas elecciones presidenciales sin un partido con el volumen suficiente, y es aquí donde encuentra explicación su permanente reyerta contra Macri y su resentimiento.
La Libertad Avanza no contaba, ni cuenta todavía, con cuadros que puedan abordar la administración del Gobierno de Milei. Es ahí donde Macri lo apoyó, primero en la segunda vuelta electoral y luego en la entrega de sus propios cuadros para nutrir la administración de Milei; muchos de ellos fueron abandonando el Gobierno de Milei en los meses sucesivos. Milei, el antipolítico y anti negociador, no ha sido capaz de manejar ningún tipo de relación con Macri, expresidente de Argentina, y menos aun su hermana Karina, conocida como El Jefe. A todo esto se le suma el caso Libra y otros que han puesto a los hermanos y a otros funcionarios de su partido en dificultades de poder explicarse.
La situación económica argentina es extremadamente delicada y a ello se le suma una política internacional sumisa de los Estados Unidos y en permanente afrenta contra China y todos sus vecinos de la región, incluso del continente: en la última reciente reunión de la Celac, donde Argentina fue el único país que se opuso al acta final para oponerse a China, por mandato de Estados Unidos. Pero Argentina depende de China por créditos en miles de millones de dólares.
Este otoño habrá elecciones de medio término en el Congreso Nacional, Diputados y Senadores y se podrá comprobar si la población tiene ya bastante o todavía no.