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Ciudadano Saborido

Alfonso Saborido – @asaborido

Alfonso SaboridoA Jesús de Nazaret los moradores de los palacios sólo le trajeron problemas. En Jerez sabemos mucho de eso, porque con lo dados que somos a las zambombas en Navidad, nos conocemos esta historia de pé a pá. Poncio Pilatos se lavó sus manos y permitió la condena de Jesús en un palacio. Herodes I el Grande mandó matar a los inocentes desde un palacio. Herodes Antipas mandó matar a Juan el Bautista y al mismo Jesús desde un palacio. El sumo sacerdote Caifás también descargó todo su odio sobre Jesús desde un palacio. Jesús podía haber optado por nacer en uno de ellos, como rey que era, pero la divinidad decidió que naciera en un portal, con la sola compañía de un burro y un buey. Esto es lo que nos cuenta la tradición y los evangelios. Luego, la Iglesia fundada por Pedro empezó a expandirse por toda la tierra, y algunos de aquellos primigenios cristianos, los que ocupaban puestos de responsabilidad, fueron alejándose del modo de vida que vivió Jesús y construyeron palacios para vivir en ellos. De nuevo, los palacios, se convirtieron en un problema para el cristianismo. El domingo uno de febrero pasado, todos los cofrades de Jerez que asistieron a misa escucharon un evangelio donde Jesús manifestaba su autoridad al hacer las cosas y muchos sacerdotes explicaron a la feligresía cofrade jerezana la importancia de la coherencia personal entre lo que se cree y lo que se hace. Jesús enseñaba con autoridad y no como los escribas (Marcos 1:21-28). Cuento esto porque me entero de que la Unión de Hermandades de Jerez se va a ir a un palacio. Al palacio de Garvey. No es por supuesto la palabra Garvey la que me preocupa. Es la palabra palacio. ¿Cómo se les ocurre? ¿Cómo la Unión de Hermandades y el Obispado permiten que la máxima autoridad de este movimiento cristiano se vayan a gestionar las cosas a un palacio? ¿Con qué autoridad –y recuerden el evangelio– van a proclamar lo que Jesús predicaba en la calle y no desde un palacio? Un palacio es como un castillo. Un edificio para protegerse de los ataques enemigos del exterior. Pero palacio, le añade además de esa protección, el lujo. Un lujo al que Jesús renunció. La definición de palacio de la RAE es muy clara en ello.

1. m. Casa destinada para residencia de los reyes.

2. m. Casa suntuosa, destinada a habitación de grandes personajes, o para las juntas de corporaciones elevadas. Ya. Me dirán que el palacio de Garvey no es ni mucho menos el de Herodes, el de Pilatos o el de Caifás. Si lo que importa no es el edificio en sí, sino lo simbólico del nombre que es lo que escandaliza a los cristianos. Con qué cara pide ahora ayuda para Cáritas un hermano mayor que se reúne y trabaja en un palacio. Luego, viene el razonamiento como ciudadano. ¿Con la miseria y la situación de pobreza que hay en Jerez, donde muchas familias han perdido su vivienda, es de recibo que el Ayuntamiento –la casa de todos– ceda gratuitamente ese local palaciego a la Unión de Hermandades? ¿No era necesario un concenso para tomar una decisión de estas características, el decidir el futuro de un inmueble municipal como el que estamos hablando? ¿No sería lo adecuado haber esperado hasta después de las elecciones para que fuera la voluntad popular, que no la voluntad única del Partido Popular, la que decidiera qué hacer? ¿Por qué no se ha llevado como propuesta electoral en los programas políticos de quiénes quisieran y fuera el pueblo de Jerez el último en decir lo que hacer con inmuebles que son de su propiedad? Tiene más INRI la decisión de cesión, al ser por veinte años. Pasa como con la concesión del servicio del agua. Parece que la democracia no importa. Parece que olvidan que cada cuatro años, los ciudadanos opinamos. Y esos veinte años comprometen a no cambiar nunca esa decisión, o bien, que si se cambia, nos cueste el dinero de una indemnización. La reacción de la oposición ha sido blanda, salvando a IU. Estamos en periodo electoral y cualquiera sabe que en Jerez meterle el dedo en el ojo a las hermandades o al fútbol puede costar un buen puñado de votos.

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