El consejero de Turismo y Deporte, Arturo Bernal, se encuentra desde hace días de tour por Nueva York para exportar la marca de Andalucía. Entre otros, se ha reunido con instituciones deportivas del tenis y el baloncesto estadounidense, donde ha explicado la posibilidad de Andalucía de acoger grandes eventos.
En esa ruta comercial, Bernal ha acudido a la sede de Twitch, la red social de vídeo en directo. Esta es propiedad de Amazon, un gigante comercial cuya implantación siempre mantiene una doble cara: por un lado, genera puestos de trabajo gracias a sus rutas de reparto o a la visibilización en todo el mundo del producto local; por otro, existe el riesgo de que devore al comercio tradicional, algo que se trata de evitar con una regulación europea.
En cualquier caso, la Junta prefiere mantener su atención a todos los frentes. La digitalización del comercio podrá ser una buena o una mala idea al largo plazo para muchas industrias, por las citadas consecuencias que puede llegar a tener para la economía. Pero lo que está claro es que es un fenómeno no de futuro sino actual, y no queda otra que adaptarse.
En esa visita a Twitch, la Junta también ha tratado de cerrar una campaña de publicidad con vista a largo plazo, como socio comercial de Twitch. Esto implicará que a través de algún servicio de Amazon (Alexa, Twitch, Amazon Music), si alguien hace una búsqueda relacionada con Andalucía, ahí habrá publicidad autonómica para fomentar una visita. Si un alemán quiere conocer, por ejemplo, a Lola Flores, la Junta irá a promocionar el destino andaluz.
Y habrá más. Porque Andalucía y Twitch se unirán para que los creadores de contenido más conocidos reciban cajas promocionales de productos andaluces, ayudando así a dar a conocer el destino andaluz.
No se habló en Nueva York, parece, sobre algunas posibilidades algo más rocambolescas. Todo fue, al parecer, serio, comercial. Pero qué más da. Uno podría imaginarse que en esa alianza entre la Junta y Twitch, viéramos a consejeros o hasta al presidente andaluz, Juanma Moreno, con unos auriculares explicando sus políticas.
Hace varios meses, el entrenador de la Selección Española, Luis Enrique, durante el Mundial, alivió las concentraciones poniéndose en la pantalla en directo ante miles de seguidores. Lo recaudado se dirigió a una obra benéfica. No le costó el puesto, pero sí semanas de críticas.
Lo cierto es que es imposible imaginar algo parecido en un alto dirigente andaluz, por una cuestión de agenda. Tiempo al tiempo, porque hay dirigentes políticos a nivel mundial que fraguan su popularidad en estos nuevos canales de comunicación.
Un habitual de estas emisiones de Twitch es agradecer suscripciones. Es decir, agradecer que un usuario done una pequeña cantidad mensual a cambio de ciertos privilegios 'premium' en la plataforma. O también, que alguien lance una pregunta. "Gracias Carajaula23 por tu suscripción", diría todo un consejero o consejera de la Junta. Por qué no.


