¿Pérdida de tiempo? ¿Simple cortesía? ¿El PSOE tiene intención real de escuchar la propuesta del PP para que la gobernabilidad del Estado no dependa (en parte) de fuerzas independentistas? Mañana saldremos de dudas, ya que el líder socialista y presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, ha aceptado reunirse con el candidato del PP, Alberto Núñez Feijóo, sin duda el 'plato fuerte' de la ronda de contactos oficiales que el dirigente popular ha abierto para encontrar los cuatro votos que le faltan para ser investido nuevo presidente del Gobierno de España.
Todo indica que el PSOE ha accedido a esta reunión más por simple cortesía –aunque nunca está de más saber de primerísima mano lo que piensa el rival y cómo lo plantea– que por cualquier otro motivo. Si el líder dice que sí, ya desde el día antes, otros dirigentes de primer nivel, como María Jesús Montero, ya estaban calentando el tema denunciado el problema con las formas y los modos que tienen los populares en sus planteamientos, mientras otros, caso de Patxi López, sin decirlo explícitamente, acusaban al PP de marear la perdiz y de estar perdiendo el tiempo –el del todos– ante un imposible, como es, parecer ser, obtener esos cuatro diputados que le separan de la mayoría absoluta y, por ende, de la investidura.
Descartado un acuerdo entre las dos grandes formaciones (algo que no es raro en otros países, véase Alemania), aunque sea para sacar adelante determinados temas de Estado y pactar una legislatura corta, tal vez de dos años, para evitar el hastío que le supondría al electorado pasar otra vez por las urnas a mediados de enero, solo queda el tacticismo. Como en el fondo nadie descarta precisamente eso, tener que acudir a unas nuevas elecciones, porque lo de Junts es complicado y lo de una posible amnistía también, pese al mensaje a favor casi diario de Sumar, los medios afines al PSOE barajan la ‘teoría del tercer revolcón’ de Sánchez a Feijóo y su efecto ante la opinión pública: una investidura fallida después de una victoria inútil y ni el voto de Vox en la constitución de la mesa, todo ello para ir allanando el camino.
De hecho, la voluntad de Feijóo de sentarse con todos los grupos, excepto con Bildu –es decir, la idea ahora mismo es reunirse también con Junts– no ha sentado nada bien al presidente del PP catalán, Alejandro Fernández, que se pregunta de qué hay que hablar con Junts. Vox, Junts… ciertamente, a los populares les cuesta lanzar un mensaje único y sólido sobre los pasos que dan para sumar apoyos.