El PP extremeño ha dado definitivamente marcha atrás y ha reculado en su idea inicial de no pactar con Vox. Después de la visita a Madrid de la candidata, María Guardiola, parece que le quedó claro lo que piensa el partido respecto a mantener determinadas 'purezas ideológicas' propias en relación a temas como la violencia machista (es sabido que al PP, violencia de género, en general, como que le cuesta).
Total, que pacto con Vox al canto, aunque sea con una única consejería para el partido de Santiago Abascal. "Donde dije digo...", tal y como se veía venir. Si la falta de entendimiento entre PP y Vox hubiera terminado por darle de nuevo la presidencia al socialista Fernández Vara, al día siguiente de la investidura en Génova se habrían oído los gritos probablemente hasta en la propia ciudad italiana que da nombre a la calle madrileña donde está la sede central del PP.
La situación de Guardiola era insostenible, por mucho que el partido, en un primer momento, había intentado su arropamiento hablando de "distintas comunidades, distintas situaciones, distintos pactos", a tenor de las diferentes soluciones que el PP había encontrado en Aragón, Baleares y Valencia en cuanto al alcance de los pactos con Vox. Pero no se pase por alto ese pequeño detalle que acabamos de enunciar: de los pactos con Vox. No pactar con Vox y permitir la continuidad del gobierno autonómico socialista nunca estuvo en el guión, al menos no en el de Génova, otra cosa puede ser que, como estrategia, se haya permitido por un tiempo determinado a Guardiola mantenerse en sus trece, sabiendo de antemano que era una maniobra con seguro y marcha atrás, como ha quedado claro en cuanto el PSOE ha apretado forzando plazos de investidura al ostentar la presidencia del Parlamento autonómico y meter de lleno el asunto extremeño en la precampaña de las elecciones generales.
Ahora que, tal vez la estrategia del "no queríamos, pero..." del PP no termine de resultar convincente para una parte del electorado. Es evidente que en los últimos días el PSOE con Pedro Sánchez lleva claramente la iniciativa, desde que se ha convertido en una fulgurante estrella televisiva que tiene la agenda llena de entrevistas, y que además inicia ahora la presidencia de la Unión Europea, con todo el espacio mediático que eso representa. Comparando las últimas apariciones públicas de Pedro Sánchez y las del líder del PP, Núñez Feijóo, posiblemente estén surgiendo dudas en el equipo de campaña de los populares acerca de que una cosa es presentar un perfil bajo para tratar de no cometer errores y otra muy distinta es aparecer directamente como un líder timorato...
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