El euríbor no para de recortar la renta de las familias

La nueva subida de las hipotecas supone un incremento medio superior a los 300 euros mensuales respecto a hace un año; todo indica que el índice acabará tocando el 4,5%

Un cartel de 'Se vende' en una inmobiliaria.
Un cartel de 'Se vende' en una inmobiliaria. CANDELA NÚÑEZ

El euríbor alcanza ya el 3,8%, unos valores que no se veían desde hace exactamente 15 años, desde 2008. El euríbor es el índice que se utiliza para fijar los intereses que se abonan en las hipotecas de renta variable, que en España siguen siendo mayoritarias frente a las de renta fija. La subida de este indicador, que se establece a doce meses, supone el incremento de una hipoteca media –vamos a establecer una de 180.000 euros a 25 años– en unos de 330 euros mensuales respecto al mismo período del año anterior. Obviamente el incremento es menor para quien tenga una cantidad similar a un período algo más largo, pongamos 30 años, pero la revisión siempre sería por encima de los 250 euros mensuales, la cifra media de la que habla la prensa económica. Un pico, vaya.

Las previsiones son que el euríbor no crezca ya mucho más, aunque se da por supuesto que en algún momento de 2023 o 2024 tocará e incluso puede que acabe superando el 4,5%. Esas son las previsiones que se manejan en lo que se refiere al Banco Central Europeo (BCE).

Lógicamente, estos valores suponen una importante merma en cuanto a la renta disponible para los particulares endeudados por la adquisición de una vivienda en propiedad, que ha sido siempre y sigue siendo la opción preferida por los españoles... entre otras cosas porque la subida del alquiler no le va a la zaga, con incrementos de dos dígitos también en buena parte de las ciudades después de la pandemia.

Además del euríbor hay que tener en cuenta la inflación. Aunque actualmente se sitúa en torno al 3% (dato de mayo), por lo que parece dar un respiro, se viene de un año y medio de fuertes incrementos en los precios que están haciendo que la renta disponible de las familias se contraiga también por este factor.

Con la subida de los tipos de interés y otras medidas monetarias de carácter restrictivo, el BCE pretende controlar la inflación, que lleva más de año y medio desbocada por distintos factores, como la guerra en Ucrania, los precios de la energía... o el hecho de que el euríbor, como los tipos, venga de estar seis años en negativo, algo que tampoco se puede decir que fuera normal: recuérdese que el bono alemán, en vez de pagar intereses llegó a cobrar por tener 'guardado' el dinero de ahorradores.

El euríbor es un índice que no está hoy en día en cuestión, aunque desde distintos ámbitos de la izquierda europea ha recibido críticas y, de hecho, en 2020 fue reformado por el propio BCE. Dichas voces consideraban demasiado laxa la forma en que se configuraba su valor, a partir del tipo de interés que fijan los bancos en los créditos que se conceden unos a otros, a veces incluso en operaciones en modo encuesta, no efectivas y que, en consecuencia, podían inflarse con relativa facilidad para influir en el resultado final del índice.    

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