Cada vez son más los pacientes –o clientes, según la terminología que se utilice- que reclaman que la Atención Primaria y también determinadas consultas con los médicos especialistas vuelvan a la cita presencial, a la cita de toda la vida, y vayan desapareciendo las denominadas citas telefónicas o telemáticas.
Son sin duda mayoría entre la ciudadanía quienes piensan que hace tiempo que la pandemia ha terminado y que determinadas medidas que se establecieron de manera coyuntural por parte del SAS, atendiendo a las necesidades y recomendaciones de los propios profesionales para evitar el mayor número posible de contagios, vayan dando paso al regreso a la cita presencial. Esto no es óbice para que se mantenga la vía telefónica para aquellas citas, digamos, de índole meramente consultiva o de seguimiento que no están a expensas de un diagnóstico o de una variación del mismo, ya que se ha comprobado que, efectivamente, en principio y mayoritariamente, este modelo libera tiempo para los médicos en su día a día.
Bien, en este contexto hay que recibir positivamente la opinión emitida por el Sindicato Médico Profesional que, en el transcurso de las negociaciones que viene manteniendo con el SAS para mejorar la Atención Primaria en Andalucía, ha comunicado públicamente que se posiciona por la reducción de las consultas telefónicas, defendiendo abiertamente que la primera visita sea siempre presencial para que el médico pueda conocer y valorar debidamente a su paciente.
En este sentido, desde el Sindicato estiman que estos años, de alguna manera, se ha priorizado alcanzar importantes números de visitas en vez de los resultados, cuestionando por ello “el crecimiento exponencial” de dichas consultas no presenciales. Dicho de otra manera, al fin y al cabo, como paciente en algún momento toda la ciudadanía y, como amigos y conocidos quién más quién menos de estos profesionales, todos hemos sido testigos de que se han producido y todavía se vienen produciendo determinados ‘vicios’ relacionados con la atención telefónica que, si tuvieron sentido en lo peor de la pandemia, hace tiempo que dejaron de tenerlo. Simplemente hay profesionales –que con la aquiescencia hasta ahora del SAS, todo hay que decirlo- se han acomodado durante estos años a una manera de trabajar que, a sus compañeros del Sindicato Médico, igual que les venía ocurriendo a muchos pacientes, no les parece la más indicada para pasar consulta y, sin ánimo de recrearse, hablando de la situación de la sanidad en general han venido a darles un pequeño tirón de orejas…
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