Medios de comunicación, distintos gobiernos y, finalmente, el informe elaborado por la ONU, que no puede tener un título más descriptivo sobre lo que está ocurriendo en Gaza: Anatomía de un genocidio, que ha sido elaborado por la relatora de la ONU para los Territorios Palestinos (nótese el eufemismo), la abogada italiana Francesca Albanese.
Si hablamos del eufemismo de la ONU para referirse a Palestina, no puede decirse lo mismo sobre el contenido del informe de la relatora, que no se anda con medias tintas y dice explícitamente que ve “motivos razonables” para estimar que se está cometiendo un delito de genocidio en Gaza.
El Consejo de Derechos Humanos de la ONU ha escuchado también que el proyecto de Israel es “librarse de Palestina y los palestinos, desafiando a la ley internacional”, en referencia a los más de 32.000 muertos que se han producido en la franja de Gaza desde que en octubre estalló el conflicto tras los anteriores ataques terroristas de Hamàs, aproximadamente 13.000 de ellos niños.
En su valiente informe, Albanese acusa a las grandes potencias de haber vendido armas a Israel en lugar de haber hecho todo lo contrario, ayudar al rearme con el que está acometiendo esta guerra.
En cualquier caso, coincidiendo con este informe, se están produciendo distintos movimientos diplomáticos y en el propio seno de la ONU en contra de Israel. El más importante –seguro que para Israel tan importante o más que el demoledor contenido del informe de la relatora Albanese– es la inédita decisión de Estados Unidos de abstenerse en la votación del Consejo de Seguridad de la ONU que pedía una declaración de alto el fuego inmediato en el conflicto de Gaza. Estados Unidos ha sido siempre el principal aliado de Israel, al que siempre ha defendido usando incluso su derecho a veto para evitar precisamente declaraciones condenatorias y sanciones a Israel. Esta abstención ha sido abiertamente criticada el presidente Benjamin Netanyahu, pero es año electoral en Estados Unidos y es evidente que el equipo del presidente Joe Baiden piensa que el tradicional apoyo a Israel le está pasando factura en las encuestas al candidato demócrata con noticias y escenas durísimas todos los días desde hace ya seis meses.
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