Al final, todo ha sido sencillo y rápido en la constitución de las Cortes y la elección de la presidenta y el resto de miembros de la mesa. El PSOE estaba tranquilo por una sencilla razón: podía estarlo. Sabía que podía estarlo. Se ha mantenido el suspense porque los partidos que prestan apoyos tienen que contentar a su parroquia y por eso deben afinar el mensaje. Junts ha estirado el tema hasta minutos antes de que diera lugar la sesión, después de analizar de manera positiva, como era previsible, los “hechos comprobables” que había solicitado días antes Carles Puigdemont desde Londres.
Los votos de los independentistas catalanes ni siquiera le hicieron falta a Francina Armengol para su elección –por cierto, la designación por parte del PSOE de la propia expresidenta de Baleares era, de alguna manera, un “hecho comprobable”, dada su buena sintonía con Puigdemont y con el independentismo catalán en general- ya que, al final, sí, al final, como en todo thriller que se precie, ha habido un giro inesperado en el guion: Vox no ha dado sus anunciados votos al PP y ha votado a un candidato propio, todo ello después de que el PP no le diera una vicepresidencia de la mesa. Los dos diputado de Unión del Pueblo Navarro y Coalición Canaria sí han votado a la candidata del PP, Cuca Gamarra. Como se ve, todo sigue revuelto entre PP y Vox.
Aunque todo indica que el pacto que ha llevado a Armengol a la presidencia del Congreso tiene mimbres para reeditarse y llevar dentro de unas semanas a Pedro Sánchez de nuevo a la presidencia del Gobierno de España, ya han comenzado a producirse declaraciones en el sentido de que son dos cosas muy distintas. En los dos ámbitos del independentismo catalán, tanto desde Esquerra como desde Junts, se ha dejado claro que la elección de la presidencia del Congreso no lleva implícita la elección de Pedro Sánchez, y que habrá que hablarla desde cero, aunque vale aquí lo que se ha dicho más arriba de la parroquia.
Otro asunto que está en el aire es ver qué hace el jefe del Estado, Felipe VI, a quien le encarga la formación de gobierno tras realizar la ronda de contactos, si elige al candidato del partido más votado, a Núñez Feijóo, o a Pedro Sánchez, el candidato del bloque más votado, por utilizar la terminología en boga. Todo indica que podía haber dudas si la derecha hubiera mantenido esa lógica de bloques, pero la decisión de Vox de no apoyar a la candidata del PP y las palabras de su líder, Santiago Abascal, afirmando que tienen que volver a hablar, puede que sirva de manera indirecta para allanar el camino a la decisión del monarca.
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